Banca y finanzas

Galmarini (EUFederation): "Si no cambia la ley de morosidad en el 'factoring' lo pagarán las pymes"

  • Morosidad: "Nuestro riesgo siempre ha sido un tercio o una cuarta parte del registrado en el crédito bancario"
  • Mercado:"El factoring supone más del 12,5% del PIB europeo y en España se realiza más del 10%"
  • Fintech: "No creemos que entren masivamente en el factoring porque es un producto a medida y complejo" con alta complejidad

El factoring, servicio que permite a las empresas lograr liquidez a cambio de ceder el derecho de cobro de sus facturas sobre clientes, mueve en Europa el equivalente al 12,5% del PIB y es un socorrido recurso cuando un deterioro económico causa restricciones crediticias. Coincidiendo con la celebración en Madrid de la convención europea de la industria, el presidente de EUFederation, Fausto Galmarini, hace balance y alerta de que obligar a las entidades a provisionar los retrasos en los cobros de facturas como si fueran impagos, por extrapolación de la regulación bancaria general, puede retraer la concesión y perjudicará, en última instancia, a las pymes.

¿Cómo encara su sector el deterioro de la situación por la combinación de la guerra de Rusia, la inflación y la energía disparada y las potenciales dificultades empresariales?

Tendremos que seguir prestando nuestro apoyo a la economía real, esperando la ayuda de los Gobiernos con garantías ad hoc, porque la emergencia que estamos viviendo no es diferente de la que experimentamos en el periodo de Covid-19. Y, para hacerlo, a nivel regulatorio se necesita una mayor atención de las autoridades europeas responsables de la regulación a la especificidad de la actividad que desarrollamos, que no es una actividad crediticia tradicional, sino un apoyo a las empresas que cuentan con créditos de sus clientes y se les anticipa los importes de las facturas emitidas o comprando créditos comerciales. Nuestro riesgo siempre ha sido considerablemente menor (un tercio o una cuarta parte) del registrado en el préstamo bancario tradicional, incluso en períodos de ciclos económicos negativos. La legislación actual desgraciadamente no lo reconoce obligándonos a aplicar una regulación con mayores exigencias de capital y provisiones excesivas para los riesgos que realmente asumimos.

¿Cómo definiría la situación actual del Factoring en Europa y en España?

El mercado europeo de factoring representa una gran parte del mercado mundial. El volumen mundial superó los tres billones de euros en 2021 y dos tercios se realizaron en el Espacio Económico Europeo. Tras las fricciones de 2020 por la emergencia sanitaria, creció un 11% entonces y durante este primer semestre un 20%, demostrando la vitalidad de nuestro sector y el continuo apoyo que ofrece a la economía real. Supone más del 12,5% del PIB europeo. Los principales mercados, excluyendo al Reino Unido por haber dejado de pertenecer a la Unión Europea, son Francia, Alemania, Italia y España. Y en España se realiza más del 10% de la facturación europea.

¿Qué efectos tendrá la subida de tipos?

El cambio de política monetaria para reducir la inflación provocará un mayor coste de la financiación y una reducción de la liquidez de las empresas, en particular de las pymes. Algunas tendrán problemas que provocara un aumento de los impagos de los préstamos bancarios. Ya ha sucedido en el pasado, pero el factoring ha sido capaz de gestionar estas fases negativas de la economía manteniendo el riesgo a bajo nivel, por lo que seguirá gestionando eficazmente este nuevo ciclo negativo gracias a un modelo de negocio distinto al de los bancos tradicionales.

La banca ya ha reconocido al BCE un endurecimiento del crédito y se esperan restricciones. ¿Ocurrirá en el factoring?

No creo que nuestro sector vaya a sufrir fuertes contracciones en su actividad, tal y como se ha verificado en el pasado, sino que seguirá apoyando a las empresas que tienen buenos clientes anticipando o comprando los créditos procedentes del suministro de bienes y servicios. Más del 85% de las empresas de factoring tienen además un banco detrás que, con vistas a una gestión óptima de la cartera de préstamos, seguirán privilegiando los activos de bajo riesgo, y el factoring es uno de ellos.

Lamentaba que la nueva definición de impago penaliza al sector ¿Qué demandas han formulado al regulador europeo para corregirlo y qué ocurrirá si no lo hace?

La EBA (Autoridad Bancaria Europea) introdujo el año pasado la nueva definición de impago, por la que un crédito vencido más de 90 días se considera automáticamente un impago. En un préstamo bancario tradicional es una aproximación realista de un posible impago, pero 90 días de vencimiento de un crédito representado por una o varias facturas relacionadas con el suministro de bienes o servicios no es un indicador claro de impago porque una gran parte de ese crédito se paga, aunque con retraso y no se convierte en una insolvencia. Es un hecho que en base a esta nueva legislación tendremos que poner en mora a empresas con excelentes calificaciones e, incluso, a sectores de la Administración Pública en los que el riesgo crediticio real es muy bajo o inexistente. ya que el crédito se paga, aunque sea con retraso, pero se paga. En los últimos años, la Federación Europea de Factoring (EUFederation) ha mantenido varias reuniones con la EBA y hemos pedido a los reguladores que tengan en cuenta las especifidades del sector. Si no conseguimos cambios que, queremos señalar, no quieren distorsionar ni ablandar la legislación, tendremos que renunciar a una parte importante de nuestra actividad con deudores que son solventes con excelentes calificaciones y sobre los que las pérdidas por riesgo de crédito han sido históricamente muy bajas o inexistentes. Y serán las pymes y, por lo tanto, la economía real las que paguen las consecuencias.

¿Está su actividad bien tratada en la normativa de capital de Basilea III?

Nuestra actividad está tratada en la normativa de Basilea III pero no adecuadamente en relación a su especificidad. Hay áreas de mejora en la evaluación del riesgo real del factoring, considerado como una actividad de préstamo cuando el factoring se centra en los créditos comerciales. Además, no reconoce la cesión de créditos o las garantías de seguros como factores de mitigación del riesgo de crédito. También están las Directrices de la EBA sobre concesión y seguimiento de préstamos, así como sobre el tratamiento de riesgos medioambientales, en las que en nuestra actividad solamente tiene un tratamiento marginal.

¿Cómo afronta la llegada de los operadores fintech? ¿Está el sector muy fragmentado?¿Podrían ser las fusiones y adquisiciones la respuesta para hacer frente a la competencia e incluso a las crecientes exigencias normativas?

Los operadores fintech están presentes en el mercado europeo desde hace algunos años y, en relación con nuestro sector, han enfocado su oferta a plataformas digitales para gestionar operaciones que realmente vienen creciendo de supply chain finance y de confirming. No creemos, sin embargo, que puedan entrar masivamente en el negocio típico del factoring porque es un producto a medida con alta complejidad y no un mero préstamo. El sector ya está muy concentrado, la mayoría está en manos de bancos o intermediarios financieros controlados por bancos. No creemos que se produzcan importantes operaciones de fusiones y adquisiciones, pero tendremos que hacer frente a la competencia, especialmente en el marco reglamentario. No estamos ante tratamientos justos, lo que podría llevar a una distorsión del mercado.

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