Banca y finanzas

El uso del crédito 'revolving' crece un 13% y recupera los niveles preCovid

  • El volumen supera los 11.100 millones a pesar de tener un interés del 18%

Los hogares españoles vuelven a tirar de las tarjetas revolving para financiar sus compras a pesar de sus altos tipos de interés. El volumen de operaciones con este tipo de tarjetas cerró mayo en los 11.145 millones de euros, un 13% más que hace un año y un 1,5% más que en el mes anterior.

Así, el saldo vivo de operaciones con estas tarjetas vuelve a recuperar las cotas prepandemia por primera vez desde que estalló la crisis sanitaria. Concretamente, el crédito revolving estaba en los 11.100 millones de euros en cada uno de los tres primeros meses de 2020, llegando a caer por debajo de los 10.000 millones a lo largo de la crisis sanitaria. Por la naturaleza de este tipo de crédito, el Banco de España considera operación nueva el saldo vivo a final de cada mes y no el importe concedido en el mes.

Las tarjetas revolving, a diferencia de las de crédito que pasan los pagos a mes vencido, permite aplazarlos para abonarlos en cuotas mensuales que generan intereses, y además muy altos. El tipo medio a cierre del pasado mes de mayo fue del 18,13%, según los datos que recoge el supervisor. Pero además, el saldo abonado por el cliente vuelve a convertirse en crédito que poder usar, de ahí el nombre de revolving o giratorio en castellano.

Estas tarjetas, a pesar del alto volumen de reclamaciones para la banca por sus elevados intereses y el complejo modo de funcionamiento que cuesta de entender a los clientes, son muy utilizadas ya que se comercializan en superficies comerciales para pagar bienes como electrodomésticos o también en estaciones de servicio para el pago de combustible. Muchos de los usuarios que las contratan desconocer que están recibiendo una tarjeta revolving. El aumento del consumo tras la apertura de la economía con la relajación de la pandemia junto con el incremento de los precios de los bienes por la inflación ha vuelto a aumentar el uso de este tipo de crédito. Además, el Tribunal Supremo ya reflejó en su sentencia de marzo del 2020 que estas tarjetas acaban en manos de los usuarios más vulnerables, a los que se les cierra el grifo de otras forma de financiación por su alto riesgo y se les cobra un mayor interés por parte de la banca para asumir el mismo.

Préstamos al consumo

El crédito al consumo tradicional también está recuperando poco a poco el ritmo, aunque la concesión aún no llega a niveles preCovid. La banca española prestó a cierre de mayo 2.700 millones para financiar bienes de consumo, casi un 8% más que un año antes y un 22% más que en abril. Sin embargo, a febrero de 2020, antes del estallido del Covid-19 en España, financió 3.137 millones de euros.

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