
"Parece que la EMT pretende ahora trasladar a CaixaBank las resultas negativas de todo un conjunto de irregularidades internas que se habrían producido en la empresa". Con estas contundentes palabras replica el banco al alcalde de Valencia, Joan Ribó, que la semana pasada responsabilizó a la entidad financiera de la estafa que ha sufrido la Empresa Metropolitana de Transporte de Valencia. En concreto, la EMT le pidió por escrito "el abono inmediato del importe de ocho transferencias ordenadas por un total conjunto de 4.040.898,22 euros", unos movimientos a favor de unos defraudadores sobre los que la entidad niega "ninguna responsabilidad".
CaixaBank, en una carta remitida a la propia firma -a la que ha tenido acceso este diario-, explica de forma detallada que recibió "instrucciones precisas y reiteradas" por parte de la EMT para tramitar las ocho transferencias a China. En concreto, precisa que recibió estas órdenes de la directora de administración de la EMT, Celia Zafra, la trabajadora que fue posteriormente despedida precisamente por este comportamiento.
Según el banco, la empleada validó telefónicamente las órdenes de pago de las transferencias e incluso "explicitó la veracidad y conformidad de esta operativa de acuerdo con las directrices proporcionadas por la propia dirección de la EMT, así como la urgencia de tener que ser realizadas en el día". Además, según CaixaBank, consultó online la ejecución de las órdenes y reclamó un justificante 'swift'.
En su defensa, el banco subraya el tiempo que tardó la EMT en reaccionar ante la ausencia de las cantidades robadas. "Llama la atención que no fuera hasta el día 30 de septiembre de 2019 (transcurrido casi un mes desde la primera transferencia) cuando la EMT solicitó con carácter inmediato el bloqueo y la anulación del usuario en banca online con motivo de haber dejado de ser empleada de la EMT de Valencia", asevera.
Además, CaixaBank agrega que la directora de Gestión y del Área Financiera, María Rayon (quien se encontraba de baja), fue informada mediante un correo electrónico de las transferencias sexta y octava en favor de los estafadores, realizadas los días 17 y 20 de septiembre. La directiva, según destaca el banco, tuvo "puntual conocimiento de la operativa mediante el acceso y visualización a través de banca online del depósito sobre el que se realizaban las transferencias" y ante la misma no manifestó "ninguna objeción".
Amaga con acciones legales
En consecuencia, CaixaBank considera que el hecho de que la EMT haya sido "objeto de un fraude" o que se haya "actuado fraudulentamente desde la propia compañía", tales circunstancias "no afectan a las órdenes de pago". "Reiteramos, fueron expresamente transmitidas por el cliente", insisten.
El banco habla de una "negligencia grave del cliente, dándose en este supuesto circunstancias excepcionales e imprevisibles que están fuera del control de CaixaBank", y agrega que "el hecho de que la EMT haya sido objeto de un fraude interno propiciado por unas manifiestas debilidades internas de seguridad no supone ninguna responsabilidad de CaixaBank".
En base a estos argumentos, la entidad solicita a los responsables de la EMT "amable pero enérgicamente que cesen de manera inmediata de utilizar el nombre de la entidad para asociarla con un fraude que únicamente afecta a los procesos, organización y medidas internas de seguridad de la EMT", y advierte de que en caso contrario "se reserva tutelar judicialmente el buen nombre de su institución".