Donald Trump irrumpió de nuevo como un elefante en una cacharrería durante el primer debate presidencial republicano, donde no dudó en arremeter contra víctimas colaterales como Rosie O´Donnell y Hillary Clinton. Por su parte, el resto de candidatos, nueve para ser exactos, intentaron, algunos con más éxito que otros, sobrevivir a las peliagudas preguntas planteadas por los presentadores de Fox News. El gobernador de Ohio, John Kasich, optó por un tono centrista mientras Rand Paul, senador por Kentucky, optó por un tono mucho más defensivo. El ex gobernador de Florida, Jeb Bush, sobrevivió a un aluvión de preguntas directas, mientras que su delfin, el senador de la Florida, Marco Rubio, se perfiló como un gran representante de la generación más joven y esperanzada del partido.

Si el miércoles la Comisión de Mercados y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) daba luz verde a la norma que obligará a las empresas a publicar la brecha salarial entre su máximo directivo y el resto de sus empleados, Glassdoor y S&P Capital IQ han sacado los colores a muchas cotizadas en EEUU.

A la espera del primer debate republicano de cara a las elecciones presidenciales del año que viene en Estados Unidos (EU), Moody's Analytics estima que serán los demócratas los que volverán a ocupar la Casa Blanca.

Las dudas sobre el próximo programa de rescate a Grecia vuelven a ensombrecer el futuro de la economía helena. Si en Alemania, el rotativo Bild aseguraba que el tercer flotador no estaría listo en las próximas dos semanas, algo que forzaría al ejecutivo de Alexis Tsipras a tener que asegurarse un nuevo crédito de urgencia para pagar al Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) esperará hasta el otoño para determinar su participación.