ECONOMÍA
Si la crisis financiera de 2008 que culminó en la mayor recesión mundial desde la Gran Depresión estuvo alimentada por el apalancamiento de individuos y familias a través de tóxicas hipotecas basura, en estos momentos la deuda de las empresas se postula como una posible bomba de relojería. Gracias a los estímulos de diversos bancos centrales, que incluyen desde la Reserva Federal, el Banco de Japón o el Banco Central Europeo, las compañías han aumentado sus pasivos en 2,81 billones de dólares durante los últimos cinco años, hasta alcanzar un récord de 6,64 billones de dólares.