análisis
En un momento en que los mercados vuelven a ponerse nerviosos ante los riesgos geopolíticos, con el Brexit a la vuelta de la esquina y las elecciones presidenciales en Estados Unidos ya en pleno rendimiento, la baja demanda global y los estímulos ultraacomodaticios del Banco Central Europeo o el Banco de Japón han desatado cierto pánico. Entre tipos de interés negativos, compras de activos y una expansión económica que deja mucho que desear, la recuperación del crudo se ha perfilado hasta la fecha como el paliativo de la tensa calma que reina entre las mesas de inversión de medio mundo.