LA OPINIÓN DEL EXPERTO | JOAN CABRERO
Hay semanas que se escriben con tensión y olor a pólvora. El mercado, como un artificiero en mitad de una guerra, ha de saber cuándo avanzar, cuándo retroceder y, sobre todo, cuándo congelarse. En tierra hostil (The Hurt Locker) retrata precisamente ese dilema: un protagonista que desactiva bombas mientras el espectador contiene el aliento. Esta semana, con los tambores de guerra redoblando entre Israel, Irán y la amenaza cada vez más explícita de intervención estadounidense, el inversor que no contenga el aliento y actúe como si nada, corre el riesgo de volar por los aires su cartera.