El pasado domingo saltaba la triste noticia del ingreso hospitalario de la pequeña Alma, hija de Anabel Pantoja y David Rodríguez, en la Unidad de Medicina Intensiva del hospital materno de Gran Canaria.

Y sucedió... Tras las especulaciones sobre un posible nuevo amor en la casa de Gran Hermano Dúo, el acercamiento entre María La Jrezana y José María Almoguera se ha producido. Mientras que la casa ya hablaba de una bonita historia de amor, ambos han decidido llevar este acercamiento en la más estricta intimidad en la noche.

Cansancio, agotamiento pero también esperanza. Es lo que se respira en la sala de espera del Hospital Universitario Materno-Infantil de Canarias donde, desde hace ya una semana, permanece ingresada la pequeña Alma, hija de Anabel Pantoja y el fisioterapeuta David Rodríguez. El parte médico de este jueves ha sido positivo, una leve mejoría de la pequeña que ha supuesto un soplo de aire fresco para toda su familia. A pesar de ello, Merchi, abuela de la pequeña y pilar de los padres en este momento, ya se resiente de los días de angustia y vigilia y confiesa: "Es desesperante".

Elisa Mouliaá presentó el pasado 24 de octubre una denuncia por presunta agresión sexual contra el exdiputado y exportavoz de Sumar, Íñigo Errejón, y este jueves ha ratificado sus declaraciones ante el juez además de deslizar que Errejón pudo haberla drogado, si bien no ha aportado prueba alguna de que fuera víctima de sumisión química. Sin embargo, este no es el primer episodio legal en el que la actriz ha estado involucrada, ya que en enero de 2023 presentó una denuncia contra su ex marido y padre de su única hija por supuestos malos tratos psicológicos y físicos que después retiró: "Lo hice por la niña", asegura.

Hay frases que tienen el poder de detener el tiempo, de inmovilizar el aire y de convertir cada respiración en un esfuerzo insoportable. "Anabel está destruida" es una de ellas. Es una frase que la revista Hola, templo de la verdad de la crónica social, atribuye al entorno de Anabel Pantoja. La escuchamos y sentimos un golpe sordo en el pecho, como si ese dolor al que se alude, ese peso, esa desolación, no solo habitara en ella sino que se extendiera por un eco implacable hasta nosotros.