Tras el enorme rebote de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que expulsó el sistema energético de todo el mundo en 2021, con un incremento del 6%, muchos analistas preveían otro gran incremento este año azuzado por las tensiones en el sector causadas por la guerra en Ucrania. Sin embargo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) hizo público un primer análisis el pasado mes de octubre y sus previsiones son que aunque seguirán incrementándose, el crecimiento será de un poco menos del 1%, apuntando directamente a la fuerte expansión de las energías renovables y de los vehículos eléctricos, que evitan "un aumento mucho más acusado".
