Editorial
Con la llegada de 2019, la reforma de la financiación autonómica acumula cinco años de retraso respecto a los plazos que la ley exigía para acometer ese cambio. Pese al largo tiempo transcurrido, prácticamente todas las autonomías de régimen común mantienen un perfil sorprendentemente bajo, en los últimos meses, a la hora de abordar esta cuestión.