Editorial
El FMI demostró ayer que la ya muy cercana posibilidad de alcanzar un acuerdo que evite el impago soberano de Grecia (que hoy discutirá de nuevo el Eurogrupo) no implica que el pacto vaya a ser fácil de conducir. Las cesiones de Atenas aún no convencen al Fondo, que desconfía del efecto que tendrán medidas como subir el IVA, y que incluso ha enviado a un emisario sin capacidad de decisión a las reuniones en Bruselas.