Con los datos que arroja el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 41,6% de la población española se considera parte de la clase media-media, mientras que un 15,1% se sitúa en la clase media-baja. Solo un 0,4% se ve a sí mismo como clase alta, mientras que un 14,6% se identifica como clase baja y un 3,3% como clase pobre. Un escenario de datos que plantea la pregunta sobre los criterios que usamos para definir nuestra pertenencia a una clase social determinada.
