Editorial
Tras abordar el cierre de sus plantas de carbón, Iberdrola va más allá y venderá sus centrales de gas en Escocia por una cantidad cercana a 3.000 millones. Más allá de la cifra, la medida refleja que la firma abandona el negocio de la generación tradicional de forma selectiva y sin precipitación, ya que la mantiene en países como España, donde estas centrales aún tienen recorrido.