Luis María Linde está a punto de agotar su mandato en el Banco de España. Además, en junio Linde dejará la institución acompañado por su subgobernador, Javier Alonso quien, aunque podría ocupar el puesto cuatro años más, se comprometió a marcharse junto al gobernador. En paralelo, también surgirán nuevas vacantes en el consejo del organismo.
El Banco de España afronta una nueva etapa en cuanto a los integrantes de su cúpula, pero PP y PSOE quieren conducirla de acuerdo con el arcaico sistema de renovación de sus primeros espadas. Pretenden continuar el esquema según el cual el Gobierno designa al nuevo gobernador, mientras que corresponde al primer partido de la oposición elegir al subgobernador.
En la cuneta se queda la propuesta de Ciudadanos de hacer más abierto el sistema electivo de todas las instituciones económicas, mediante protocolos como el que permitiría al Gobierno presentar una terna de aspirantes, evaluarlos en una comisión especializada y, finalmente, votar en el Congreso al candidato idóneo.
Un sistema de esta índole equipararía a nuestro país con los Estados del entorno europeo. Recuérdese que el actual gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, lejos de acceder al puesto por un pacto entre tories y laboristas, se sometió a un exigente proceso de evaluación.
La meritocracia debe regir la designación de los dirigentes de todas las instituciones económicas especialmente en el Banco de España en estos momentos. No en vano se trata aún de una institución de gran importancia en el sistema del euro, que además afronta importantes retos internos, como solucionar el enfrentamiento entre sus inspectores y la cúpula de la institución.