Editorial
En 2015, el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, se empecinó en convertir las elecciones de septiembre en un plebiscito sobre la independencia. Ese afán suponía arrastrar a la histórica coalición conservadora CiU a un pacto contra natura con ERC y los movimientos civiles secesionistas, para formar Junts pel Sí.