Editorial
A finales del mes pasado, Hacienda reconoció que la indisciplina presupuestaria de las comunidades autónomas se descontroló en 2015. No en vano sólo tres territorios cumplieron con la meta de déficit y cuatro llegaron a duplicar el límite establecido para ese año. El escándalo fue tal que el Gobierno por fin reaccionó y decidió recurrir a los mecanismos que siempre habían estado a su alcance a través de la Ley de Estabilidad Presupuestaria.