Fiel a su cita cuatrienal, el Mundial de fútbol ha llegado para quedarse durante un mes como epicentro mediático del planeta. Rusia alberga la edición de 2018, un evento universal que ha sacudido de arriba a abajo al país de los zares con una oleada de remodelaciones y nuevas infraestructuras que modificarán el vasto territorio ruso.
Ni el adivino más estrafalario lo habría predicho. El final del grupo B del Mundial de Rusia 2018 ya es historia de la Copa del Mundo porque dos grabaciones consiguieron lo que no pudo hacer un equipo de 11 jugadores. Con la aparición futurista y salvadora del VAR, en un minuto loco, España pasó como primera a octavos de final tras su empate ante Marruecos (2-2) y relega a Portugal a la segunda, dejando a los lusos, igualados en el descuento por Irán (1-1), el lado difícil del cuadro. Aunque, con el juego desplegado por 'La Roja', cualquier enfrentamiento será un hueso duro de roer. Al equipo español le falta de todo, pero esta vez la tecnología se puso de su parte.
El Mundial de Rusia, por las peculiaridades del país que lo acoge, presenta realidades poco frecuentes. Una de ellas es la distancia entre las ciudades más alejadas entre sí: los más de 3.000 kilómetros que separan a Ekaterimburgo y a Kaliningrado. Un detalle más que hace de la segunda, la sede más occidental de las once de la edición un escenario especial.
La victoria de Nigeria ante Islandia ha dado aire a Argentina tras su derrota contra Croacia y, al a vez, ha convertido el grupo D del Mundial en un auténtico polvorín. Nigerianos, islandeses y argentinos tienen opciones de acompañar a los croatas a octavos, aunque algunos más que otros. Todo se decidirá el martes 26, jornada en la que pueden darse múltiples resultados. Por supuesto, todos los criterios contemplados pueden entrar en juego, incluso los sorteos.
El partido tuvo el desenlace apropiado: tan feo como fue todo su desarrollo. Un final igualmente feliz para España, que con un gol afortunado de Diego Costa maquilló un partido indigesto, consiguió su primera victoria en la Copa del Mundo y, de paso, el liderato del grupo B...que, ahora mismo, se decide a favor de los de Fernando Hierro por una tarjeta amarilla de diferencia. Una auténtica locura, este Mundial.
Hay una serie de jugadores, unos pocos privilegiados, capaces de alterar el ritmo de los partidos con su sola presencia. Es el caso de Cristiano Ronaldo, un monumento a la persistencia y la voracidad, que por sí solo fue capaz de dar lustre a Portugal, sostenerla cuando España la puso contra las cuerdas y resucitarla cuando la victoria de los de Fernando Hierro parecía un hecho. 'La Roja' se va de Sochi con unas tablas engañosas (3-3), inevitablemente frustrada, pero con motivos para el optimismo. Hay vida tras la autodestrucción.
Antoine Griezmann se queda en el Atlético de Madrid. En una táctica comunicativa sin precedentes, a través de un documental anunciado con solo unas horas de antelación y retransmitido en el canal Cero, el atacante francés ha anunciado su permanencia en el club rojiblanco y su 'no' al Barcelona.
La llegada de la Selección a Rusia, donde se celebrará el Mundial 2018, no ha podido ser más caótica: el fichaje de Julen Lopetegui por el Real Madrid le ha acarreado el despido inmediato de su cargo de seleccionador. Un fin abrupto que quedará para la historia por la manera de producirse, pero también por el inmaculado registro que deja el entrenador de Asteasu.
Los mejores jugadores del planeta se reúnen en el Mundial de Rusia, una cita a la que (aunque con ausencias destacadas) llegan las, teóricamente, 32 selecciones más potentes del universo fútbol. Una constelación de joyas más o menos consagradas. Un auténtico catálogo de plantillas millonarias que arroja contrastes y anécdotas significativas tras un repaso a los 736 protagonistas del torneo.