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Así es Kaliningrado, el pedazo de Rusia aislado por el desplome de la URSS obsequiado con el Mundial

  • La sede más occidental del Mundial quedó arrinconada por la caída del Muro
Imagen: EFE

El Mundial de Rusia, por las peculiaridades del país que lo acoge, presenta realidades poco frecuentes. Una de ellas es la distancia entre las ciudades más alejadas entre sí: los más de 3.000 kilómetros que separan a Ekaterimburgo y a Kaliningrado. Un detalle más que hace de la segunda, la sede más occidental de las once de la edición un escenario especial.

 Un simple vistazo al mapa da qué pensar. Kaliningrado aparece totalmente aislada del resto del país. Este oblast (división territorial rusa similar a la provincia) está a más de 600 kilómetros de la frontera rusa más cercana y se encuentra arrinconado entre el mar Báltico, Lituania y Polonia. Bielorrusia y Letonia también se entrometen entre el aislado territorio y la madre Rusia.

La explicación, como en casi todo, la da la Historia. Y es que Kaliningrado 'solo' suma 73 años al amparo de Rusia. Tras la Segunda Guerra Mundial, la URSS se anexionó este territorio, privilegiado en lo estratégico, para sumar un nuevo puerto comercial y punta de lanza frente a Occidente. La conquista a Alemania no solo fue militar y económica, sino también simbólica: con Kaliningrado, Rusia se llevaba una parte fundamental de Prusia, la antigua Könisberg que había dado a luz al primer rey prusiano, Federico I.

La adopción de la ciudad, asolada por la guerra, obligó a Rusia a repoblar este enclave...y también a blindarlo: puerta del vastísimo territorio soviético, se consolidó como base naval y lugar en el que albergar misiles defensivos. Este estatus casi único se vio agudizado cuando el colapso de la URSS en 1991 dejó el territorio aislado físicamente: las independencias de Lituania y Bielorrusia le cerraban cualquier vía de acceso terrestre a Rusia. Ahí comenzó su nueva situación.

El estado de confinamiento se vería, en 2004, ampliado con las entradas de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia en la Unión Europea. Un islote en territorio, con la excepción de los polacos, de la 'zona euro'. Las diferencias con la mayoría de Rusia, por ende, son bastante notables. La cercanía a la UE hace de Kaliningrado el territorio con mayor sensibilidad europea...y la parte rusa con menos identidad nacional. Además, la comunicación con el país no es fácil al tener otros territorios entre medias: los ciudadanos han de pedir incluso visados para poder llegar a la gran masa territorial de Rusia, enfrascada en un durísimo pulso por el rearme de los países del norte de Europa que arriesgan la primacía militar de Vladimir Putin en esa zona del mundo.

Una decisión con mucho significado

Por tal razón, la decisión de la organización del Mundial de dar una sede a Kaliningrado dista mucho de ser hecha con ligereza. La antigua Könisberg es, con 467.000 censados, una de las ciudades con menos habitantes (la 40ª en número de población; en España, por comparar, es Alcorcón) de las 11 que albergan partidos del Mundial. Solo Sochi y Saransk hospedan a menos ciudadanos.

En lo futbolístico, el poder de Kaliningrado tampoco es significativo: gracias al Mundial, Rusia ha dado a la ciudad un nuevo estadio, el Kaliningrado Arena, de 35.000 plazas...para un equipo de la Segunda rusa, el Baltika. Un 'premio' aparentemente desmesurado.

Entonces, ¿por qué dar parte del Mundial a una ciudad relativamente pequeña, separada físicamente del resto del país y sin poder deportivo? La economía aparece al rescate.

La elección no deja de ser una manera de reforzar una región que, emplazada en un lugar estratégico, está creciendo a un ritmo superior al de la media del país. Rusia invierte en una zona antaño marginada y el cambio es notable: Kaliningrado es uno de los centros económicos de la nación, un enclave estratégico, poderoso...en plena Europa. Un lugar en el que Rusia está aumentando sus recursos, incluidos los militares. El simbolismo se usa hasta en el fútbol, y así se entiende, en parte, que Kaliningrado vaya a formar parte del Mundial ruso.

Consolidar a la ciudad como uno de los territorios más importantes del país, fortalecer el nacionalismo ruso en una región en la que empiezan a advertirse (tanto como lo puede permitir la administración Putin) tensiones separatistas y cimentar la posición nacional en un lugar físicamente europeo son otros de los factores que explican la denominación de la ciudad como sede.

Eso sí, para este regalo la organización ha sido prudente: junto a Kazán, Ekaterimburgo, Volgogrado y Saransk, solo acogerá cuatro partidos del Mundial, entre ellos el Marruecos-España. El combinado de Fernando Hierro experimentará en persona lo que se siente al pisar un lugar único.

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