Hace casi 30 años, cuando Jesús Janeiro era aún aquel crío que despuntaba como torero, comenzó a amasar su fortuna gracias a sus cachés, y adquirió Ambiciones. Hacia finales de los 90, las revistas y los pocos programas del cuore que existían se fijaron en una pareja formada por Jesulín de Ubrique y una madrileña muy de barrio llamada Belén Esteban. Aún no había llegado a nuestras vidas María José Campanario, una adolescente de Castellón que tenía la noble vocación de ser enfermera.