Raúl Tristán
Mi vida ha sido un torbellino arrollador de crisis vitales. A lo largo de todos estos años, la mayor constante, la única referencia absoluta, era yo. Todo lo demás a mi alrededor giraba, se desplazaba, llegaba y desaparecía.
Mi vida ha sido un torbellino arrollador de crisis vitales. A lo largo de todos estos años, la mayor constante, la única referencia absoluta, era yo. Todo lo demás a mi alrededor giraba, se desplazaba, llegaba y desaparecía.
Al principio me asusté, pues pese a no dominar el latín, profeso hacia esa lengua (como hacia el griego clásico) una sublime adoración que nace de venerar los orígenes de nuestro común instrumento de entendimiento, pese a que muchos lo denosten: el castellano/español; y, por supuesto, hacia las locuciones latinas y otras expresiones que nos legaron los inmortales, y jamás en exceso reconocidos, padres de la civilización occidental.
Nos dicen, con sesudos informes en la mano, con infalibles estadísticas y con maravillosos mapas interactivos que la superficie forestal de España está creciendo de forma tal, que hoy día nuestro país es mucho más 'verde' de lo que lo era hace cien años.
Del mentoring al mentorizaje o mentoría. Cuando uno emplea un término acabado en el sufijo 'ing', corre el riesgo de ser prejuzgado negativamente y recibir como bofetada en el rostro una expresión del tipo "ya estamos con otro invento de esos que no son sino humo, y que me lo quieres vender a base de ponerlo en inglés".
Que un tipo con cara de pocos amigos y el cuerpo lleno de tatuajes, y un friki marketero, pretendan condensar en un librito de menos de doscientas páginas toda la supuesta sabiduría empresarial que se acumula en un MBA, podría provocarte una espasmódica mueca de sarcasmo. A ti, sí, a ti encorsetado y modélico emprendedor/empresario que crees que siempre hay que seguir las normas y los dictados de otros con más títulos que tú, y que te olvidas de que la ciencia avanza por el método más antiguo que existe: el de prueba y error. O a ti, joven emprendedora o mujer empresaria, que piensas que olvidarte de tu intuición y hacer las cosas como lo han hecho siempre los hombres en este mundillo de los negocios, te asegurará el ansiado éxito.
"No es nada personal, son solo negocios", es una de las citas más famosas que hacen referencia al duro mundo de los negocios. Quizás si Al Pacino, magistral en el papel del Michael Corleone, no la hubiera pronunciado a su manera ("It's not personal, Sonny. It's strictly business") en la obra maestra de Coppola, 'El Padrino', jamás habría permanecido enmarcada para la historia en las paredes de muchos despachos de directivos.