En la industria del motor, las marcas no solo venden productos, sino también un estilo de vida, especialmente en aquellas que se perciben como premium. En este sentido, la imagen y la percepción juegan un papel crucial en la decisión de compra.

La búsqueda de nuevas formas de mejorar la salud y el bienestar ha llevado a que la ciencia médica alcance logros enormes en el desarrollo de tratamientos innovadores. Así, enfermedades complicadas como el cáncer o la artritis ya pueden ser tratados con medicamentos seguros y, cada vez más, eficaces.

Atender con la mejor calidad posible las enfermedades existentes, así como su prevención, es el fin último que persigue la medicina. Por eso, cada vez hay más herramientas a disposición de las autoridades sanitarias y expertos del sector destinadas a cumplir estos objetivos. Una de ellas comenzó a fraguarse el pasado 2021.

elEconomista.es ha organizado este martes una jornada sobre la Modernización de la contratación pública: modelos colaborativos, en el que han participado Sofía Parra, socia de Pinsent Masons; José María Gimeno, catedrático de la Universidad de Zaragoza y Amaia Rivas, socia de Pinsent Masons. El tema principal ha girado en torno a las ventajas que supone establecer un modelo colaborativo de cara a proyectos de infraestructura. El encuentro ha sido moderado por Javier Mesones, jefe de Redacción de Empresas y Finanzas de elEconomista.es.

No hay duda de que nuestro país, con una longitud de costa de 8.000 kilómetros (la mayor de la Unión Europea), cuenta con una privilegiada situación geográfica. No por nada, España es muchas veces conocida como la puerta de entrada a Europa. Por un lado, cuenta con el Estrecho de Gibraltar, que facilita el acceso al Mediterráneo. Al mismo tiempo, dispone también de la ruta atlántica, una de las rutas marítimas más importantes del mundo y que bordea el continente africano. Por eso, cuando en octubre del pasado 2023 se inició el conflicto entre Israel y Hamás y, con él, el miedo a una nueva amenaza para la estabilidad en Oriente Medio, los cimientos que sustentan el comercio internacional se tambalearon.

Nuestro planeta pide ayuda. La emisión de gases contaminantes, el agotamiento de los recursos naturales o el crecimiento imparable de la población son algunos de los problemas más graves a los que se enfrenta la humanidad. Unos problemas que se ven acrecentados por el requerimiento, cada vez mayor, del ser humano de tecnologías que faciliten las tareas del día a día. Llegados a este punto, se hace difícil imaginar una vida sin smartphones, inteligencia artificial o coches prácticamente autónomos. Pero, desarrollar estos avances tecnológicos tiene un coste que va más allá del económico. Tiene un impacto ambiental.

El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que tiene que hacer frente la humanidad. Fenómenos como la grave sequía que vive nuestro país es una consecuencia directa de esta realidad. La escasez de recursos hídricos alcanza máximos históricos en nuestro país, cifras que no se registraban desde 1995; de hecho, la falta de lluvias sitúa el nivel de los embalses españoles en el 39,2% de su capacidad, según datos del Boletín Hidrológico publicado por el Ministerio de Transición Ecológica.

La escasez de agua es un problema latente en nuestro mundo y que dificulta aún más el acceso a este bien imprescindible para la vida. En el último siglo, la demanda de agua a nivel mundial ha aumentado notablemente como consecuencia de la rápida urbanización, el desarrollo económico y las modalidades cambiantes de consumo. La superpoblación también tiene mucho que decir en esto. A mayor número de personas, más cantidad de agua se necesita para sectores como la agricultura o la ganadería.