Tecnología

El 79% de los ODS pueden cumplirse gracias a la IA

  • Los inversores consideran las prácticas sostenibles como un criterio muy importante
  • Las empresas sostenibles tienen más opciones de colocarse como líderes del mercado
  • Trasladar la información a la nube puede reducir el consumo de energía un 84%
La inteligencia artificial puede juega un papel importante en sostenibilidad.

Nuestro planeta pide ayuda. La emisión de gases contaminantes, el agotamiento de los recursos naturales o el crecimiento imparable de la población son algunos de los problemas más graves a los que se enfrenta la humanidad. Unos problemas que se ven acrecentados por el requerimiento, cada vez mayor, del ser humano de tecnologías que faciliten las tareas del día a día. Llegados a este punto, se hace difícil imaginar una vida sin smartphones, inteligencia artificial o coches prácticamente autónomos. Pero, desarrollar estos avances tecnológicos tiene un coste que va más allá del económico. Tiene un impacto ambiental.

Así, nos encontramos en un contexto en el que la sociedad demanda a las empresas un mayor esfuerzo por cuidar el planeta, pero sin renunciar a las comodidades que ofrecen estas tecnologías. De esta manera, compañías de todos los sectores tienen ante sí un gran reto: seguir innovando, pero sin dejar de lado la sostenibilidad y el mantenimiento del entorno. Esa situación ha llevado a las grandes empresas a apostar más por las llamadas tecnologías sostenibles.

Estas se entienden como aquellas que, a través de la reutilización, reciclaje, conservación de recursos naturales y la eficiencia energética, logran minimizar su impacto ambiental. Pero, las ventajas no solo se materializan a través del cuidado del planeta y de los usuarios, sino que también supone un gran beneficio económico para las empresas. Al utilizar menos energía para llevar a cabo sus procesos y utilizar menos recursos limitados en todas sus etapas (creación, puesta en marcha y utilización), reducen sus costes productivos.

Beneficios de ser sostenible

A nivel financiero, la correcta gestión de los recursos conlleva un ahorro importante. La reutilización de elementos básicos en el día a día de cualquier actividad como es la energía, la tinta o la luz puede ayudar a sanear los gastos de una empresa. Más teniendo en cuenta que los negocios con "sello de sostenibilidad" suelen contar con beneficios fiscales. Lo mismo ocurre con las financiaciones. Los inversores y entidades financieras consideran las prácticas sostenibles como un criterio importante a la hora de ofrecer un apoyo económico.

Por otro lado, no son pocos los países que en los últimos años han puesto fuertes controles a la emisión de CO2 o al seguimiento del reciclaje a gran escala. De esta forma, el número de leyes y regulaciones ha crecido exponencialmente, por lo que apostar por el desarrollo sostenible no es solo una cuestión ética y social, sino también legal. Cumplir con la ley en materia de sostenibilidad puede evitar multas y sanciones, que se refleja en el ahorro de grandes cantidades de dinero para la empresa.

Paralelamente, atender las necesidades de la Tierra no solo es fundamental para garantizar un mundo mejor a las generaciones venideras, sino que además repercute positivamente en la reputación empresarial. Por supuesto, debe primar siempre la voluntad de cuidar del planeta, pero es cierto que ser una empresa ecológica ayuda a mejorar la percepción entre los consumidores: según un informe de Estudio de Comunicación, un 93% de los consumidores prefiere marcas responsables con la sostenibilidad. Aunque lo importante es asegurar un futuro verde y próspero para el mañana, ser sostenible no deja de ser una forma destacada de construir una buena imagen de marca. Es importante impulsar esta área y que sea uno de los pilares fundamentales en la actividad de la empresa. En relación con lo anterior, es inevitable hablar de conceptos como liderazgo y respeto.

A razón del primer término, las empresas pioneras en sostenibilidad tienen más posibilidades de posicionarse como líderes en el mercado y atraer a otras compañías a imitar sus éxitos y su forma de actuar. De tal forma, posicionarse a la cabeza en este sentido otorga un mayor respeto del entorno empresarial nacional e internacional. Precisamente, en un mundo tan globalizado, mantener la puerta abierta a establecer relaciones comerciales con entidades extranjeras o buscar una expansión global es un sinónimo de éxito. Y aunque parezca ajeno el tema de la sostenibilidad, esta juega un papel importante en todo esto, principalmente porque da pie a negocios muy interesantes y un ambiente de trabajo más dinámico y colaborativo.

En cualquier caso, hablar de desarrollo sostenible es hablar de satisfacer las necesidades humanas actuales sin poner en riesgo el futuro de las nuevas generaciones. De hecho, estas tecnologías son fundamentales para lograr los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) propuestos por la ONU. Precisamente, el objetivo de los ODS es establecer un equilibrio entre el crecimiento económico, la protección medioambiental y el bienestar colectivo. Es la piedra angular de la Agenda 2030, el plan de la ONU para favorecer a las personas, la prosperidad y el planeta, así como reforzar la paz mundial y la justicia social. La evolución tecnológica puede llegar a ser tan grande como alcance la imaginación, pero los recursos son finitos.

Ejemplo de estas tecnologías

Las tecnologías sostenibles o sustentables traen consigo la aparición de nuevos negocios emergentes y/o facilitan muchos trabajos ya existentes. Por ejemplo, una de las grandes ventajas que ofrecen es que facilitan el acceso a la información y la documentación, gracias a que es posible difundir y acercar conocimientos con menos costes y complicaciones. No obstante, en este ecosistema también participan los avances más punteros del momento.

La inteligencia artificial (IA) es sin duda el tema de moda. Más allá de sus (casi) infinitos usos, lo realmente interesante es que puede jugar un papel protagonista en la lucha por el cuidado de nuestro planeta. Según un estudio publicado en Nature, la IA puede facilitar el cumplimiento del 79% de los ODS, es decir, influir positivamente en 134 objetivos.

En esta misma línea encontramos el cloud, es decir, esa tecnología que facilita el almacenamiento de grandes volúmenes de datos. La nube es mucho más eficiente desde el punto de vista energético en comparación con que las empresas tengan sus propias instalaciones. De hecho, se calcula que traspasar la información desde los servidores físicos a servicios de nube puede reducir el uso de energía en un 84%, mejorando así la huella de carbono, y sin contar además que es más seguro y accesible a la hora de trabajar en remoto.

Existen otras tecnologías sostenibles que no solo ayudan a las empresas, sino que pueden ser muy utilizadas por el usuario en su vida cotidiana. Una de ellas es la firma electrónica, que cobra especial importancia en nuestro país, señalado siempre por la gran cantidad de trámites burocráticos que hay que realizar. En este caso, permite ahorrar grandes cantidades de papel. Se calcula que por cada transacción realizada con este método, se evita el consumo de hasta tres folios de papel. En consecuencia, las emisiones se ven afectadas, específicamente aquellas que no son absorbidas por los árboles talados para producir el papel. Con sus pros y sus contras, la firma electrónica se posiciona como una tecnología que ahorra emisiones y ayuda a acelerar los flujos de trabajo.

Por otra parte, los smartphones son una potente herramienta de trabajo y su conectividad es clave en un entorno digitalizado. Para ello es necesario una potente red que favorezca estos procesos de intercambio de información. Aquí entran las redes 5G, que mejoran la banda ancha y dan mayor seguridad. Sin embargo, su gran ventaja en este sentido es la reducción del consumo energético. Existen otras muchas más tecnologías sostenibles en desarrollo o uso como los paneles solares o el hidrógeno verde.

Es ahora el momento en el que las empresas deben entender la sostenibilidad como un paso obligado para asegurar el futuro del planeta, pero también para seguir creciendo.

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