El viejo Cristiano Ronaldo está de vuelta. Y ya no solo por que el luso fuera el mejor del Real Madrid frente al Athletic Club con un doblete y una asistencia. No. Es que si Cristiano Ronaldo fue el más destacado se debió, en realidad, a la recuperación de ciertas viejas costumbres que con Benítez parecían olvidadas. Zidane le dio alas en el costado zurdo y fue ahí donde se vio al jugador voraz que ha liderado a los blancos en las últimas temporadas.

La noche en Valencia prometía pocas emociones y, de tenerlas, todas parecían enfocar al enfado de la afición ché que a lo que sucediera sobre el terreno de juego. No, el Valencia - Barça de ayer no estaba llamado a ser lo que su nombre suele vaticinar: un partidazo. Sin embargo, Luis Enrique sí que le dio importancia. Por ejemplo, con sus cambios tácticos sobre el terreno de juego. Usó un nuevo sistema y algunas variantes tácticas que podrían serle útiles este mismo curso. Tampoco fue un trámite en lo que se refiere a la exigencia para con los suyos. Y si no, que se lo pregunten a Bartra, destinatario de una de las mayores broncas que se le ha visto dar al entrenador blaugrana desde que es el inquilino del Camp Nou.

El empate del Barça ante el Valencia en Mestalla para meterse en la final de la Copa del Rey fue algo más que un mero trámite para los culés tras el 7-0 de la ida. El gol del canterano Kaptoum puso el empate definitivo y, además, permitió que Luis Enrique superara con su Barça el récord que había establecido Guardiola de 28 partidos consecutivos sin perder. Ahora este Barça acumula 29 encuentros y, lo que es más importante, ratifica un poco más a los culés como el mejor equipo de la década.

El FC Barcelona se clasificó ayer para la final de la Copa del Rey tras empatar a uno en Mestalla ante el Valencia. Los culés traían un holgado 7-0 a su favor que les aseguraba el pase. Una vez conseguido, los culés volverán a centrarse en Champions y Liga y sólo pensarán en el torneo del KO para reclamar que la final se juegue en el Santiago Bernabéu. Una opción que será inviable toda vez que la Federación Española de Fútbol (RFEF) no puede forzar a un equipo a que ceda su feudo para jugar este choque. El Real Madrid ya ha filtrado que no desea ceder su estadio. Es más, su presidente, Florentino Pérez, no desea ver ninguna final en su feudo, aunque sea de Copa o de Champions, aunque la final la dispute el propio Real Madrid.

El Real Madrid ha protagonizado en los últimos tres veranos tres grandes ventas. A saber, Gonzalo Higuaín (40 millones rumbo al Nápoles), Mesut Özil (65 millones rumbo al Arsenal) y Ángel Di María (80 millones rumbo al PSG).