Leo Messi se encuentra disputando la Copa América. El delantero del FC Barcelona quiere tomarse en serio el torneo, en primer lugar, para resarcirse del mal sabor de boca que le dejó el Mundial de Brasil. En segundo lugar, porque sería un impulso clave para destacarse en la disputa del Balón de Oro. El problema es que, como casi siempre que se enfunda la 'albiceleste', el '10' sufre una suerte de maldición que le impide brillar con su nación de la misma manera que brilla con los culés.

El Real Madrid afronta el verano con relativa tranquilidad. No tiene apenas trabajo por hacer en lo que a fichajes se refiere. Con Danilo atado (podría ser presentado este viernes) y De Gea en proceso (se espera que se confirme antes de que arranque la pretemporada), los blancos sólo tienen dos posiciones que reforzar (lateral y mediocentro) y en ninguna de ellas se espera un fichaje de campanillas o un galáctico al uso. El 'overbooking' de estrellas y la llamada a la prudencia en el gasto blanco invita a no hacer dispendios. Sólo hay una alternativa posible: el Real Madrid podría dar un pelotazo sólo si antes vende a alguna de sus estrellas o jugadores referencia.

El Real Madrid se prepara para afrontar una nueva temporada. Es tiempo de vacaciones y de fichajes. De rumores y preparativos. La actividad no se frena en un club acostumbrado al frenesí constante incluso en su vestuario, donde la llegada de un nuevo curso promete también nuevas alianzas en la plantilla merengue.

El Real Madrid no tiene intención de fichar esta temporada galáctico alguno. Tal y como contó EcoDiario.es, los merengues acometerán incorporaciones pero lo harán con un perfil algo más bajo que en cursos anteriores. Dicho de otro modo, no habrá (salvos sorpresa o petición de Benítez) un Bale -100 millones- o un James -80 millones-. Lo máximo a lo que aspiran los merengues es a David De Gea -20/25 millones- y algún futbolista competitivo para el mediocampo y lateral izquierdo. Los motivos son varios. El overbooking de estrellas en la plantilla es uno de ellos. El otro, las limitaciones financieras de los blancos, que frenan cualquier opción de hacer grandes dispendios a menos que los blancos vendan a algunas de sus estrellas, lo que sí abriría el abanico de las incorporaciones.

Gerard Piqué se ha convertido en el protagonista de una situación insólita en la selección española de fútbol. El futbolista del FC Barcelona fue anoche pitado por su propia afición, la de la 'Roja' cuando saltó al terreno de juego. Fue la repetición de lo que sucedió 24 horas antes, cuando recibió un sonoro abucheo que él mismo no terminaba de creerse en el entreno previo al partido. El motivo es difuso. Se supone que su 'provocación' recordando a Kevin Roldán en la fiesta del triplete culé fue la mecha que encendió una bomba donde también se incluyen sus opiniones catalanistas, el resquemor madridista por los éxitos del eterno enemigo o que no se mostrase crítico con la pitada al himno nacional en la pasada final de la Copa del Rey. Un panorama complejo que deja al central a los pies de los caballos y lanza una duda para el futuro del combinado nacional. ¿Y si Piqué dejase la selección?