Martin Odegaard, mediocampista noruego de 16 años del Real Madrid, cumplió ayer un sueño: ir convocado con el primer equipo para un partido de Liga. Desafortunadamente, la 'fiesta' no pudo ser completa. Pese a que el duelo frente al Almería acabó en una goleada tranquila para los merengues (3-0), el '41' blanco (ése es su dorsal) no pudo disputar ni un minuto y, por lo tanto, no pudo convertirse en el jugador más joven en debutar con los mayores. Pese a este final, el llamamiento de Ancleotti cumplió, en parte, con su objetivo: rebajar las tensiones que se habían generado en los últimas semanas con el jugador, después de que desde el club le hubiera sugerido que debía entrenar más con el Castilla y menos con el primer equipo.

James Rodríguez es el sustento actual del Real Madrid. El mediocampista colombiano ha vuelto con energía después de su lesión. Su estado físico es óptimo, marca goles (o golazos, como el de ayer al Almería) y hace jugar al resto del equipo con un volumen de llegadas al área que hacía tiempo que no se recordaba por el Bernabéu. Excelencia del '10' que tiene como contrapartida el efecto que produce en Francisco Alarcón, Isco. Cada recital del colombiano empuja un poco más lejos del Santiago Bernabéu al malagueño.

El escándalo saltó la madrugada del martes al miércoles. Según diversas informaciones, el Real Madrid y el Atlético de Madrid iba a ser castigado por la FIFA sin poder realizar fichaje alguno en los próximos mercados de traspasos por supuestas irregularidades en la contratación de menores. Unas horas después, el Real Madrid negaba el castigo y hablaba de noticias "malintencionadas". Mientras, miembros de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y la FIFA se apresuraban a filtrar nuevos datos sobre el caso que aclaran un poco más el panorama y dejan despejado la realidad, a día de hoy, del caso. Éstas son las verdades y las mentiras de un asunto todavía por cerrar.

Cristiano Ronaldo vivió anoche una jornada de sentimientos agridulces. Por una parte, su equipo, el Real Madrid, venció al Almería por 3-0 y mantiene vivas las opciones de ganar la Liga si el Barça tropieza. El problema (y aquí nace la parte amarga de sus sentimientos) es que no marcó ninguno de los tres tantos blancos. El 2-0 parecía suyo, pero fue obra de un defensa en propia puerta. El 3-0 pudo haberlo sido, pero Arbeloa le 'robó' el gol en el último suspiro. Suma ya tres duelos consecutivos sin ver puerta y eso no le gusta. Tampoco que le piten. Anoche el Bernabéu volvió a criticarle en algunas acciones aisladas por un exceso de egoísmo que no encajó del todo bien.

El FC Barcelona gozó ayer, ante el Getafe, de uno de los partidos más sencillos de la temporada. Los culés ya goleaban 5-0 al descanso. El partido acabó 6-0. Era, por tanto, una tarde ideal para las rotaciones que tanto gustan a Luis Enrique. Y así fue. El técnico blaugrana dio descanso a algunas de las estrellas culés, pero no a las tres que conforman el ataque. Messi, Neymar y Luis Suárez parecen haber ganado su 'batalla' de los egos al preparador asturiano.