Que Supervivientes es un concurso extremo no sólo lo sabemos por la dureza de las condiciones en las que deben convivir los intrépidos famosos que se lanzan desde el helicóptero a la aventura. Es que además de dormir a la intemperie, tener que soportar duras pruebas físicas, aguantar la presencia hostil de bichos y animales salvajes a su alrededor o lidiar con el mal humor y la competitividad de los otros rivales, una de las cosas más duras de llevar es la falta de comida. No hacer fuego con el que cocinar, la pesca escasa o la pérdida de pruebas con recompensa de manjares acaban haciendo estragos físicos en el cuerpo de los concursantes, que despiden el concurso con impresionantes cambios sobre la báscula. En los casos más extremos han llegado a perder más de treinta kilos. Aquí hacemos un repaso de los cambios más llamativos: