El estado de salud de la reina Isabel II está en el punto de mira desde que el miércoles 19 de octubre pasara una noche en el hospital para "hacerse algunos análisis preliminares", según informaba un portavoz del Palacio de Buckingham. Por prescripción médica, la soberana británica tuvo que suspender un viaje previsto para finales de la semana pasada a Irlanda del Norte y también faltó a su cita religiosa de todos los domingos.