opinión | Antoni Gómez
22/09/2016, 11:36
Thu, 22 Sep 2016 11:36:02 +0200
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Incertidumbre. Podemos afirmar que esta es la sensación predominante en el mundo empresarial cuando hablamos del Brexit. Sin duda, el resultado del reciente referéndum en el Reino Unido abre un buen número de incógnitas respecto de cómo afectará a las reglas de juego en que operan las empresas en el entorno global. Existen tantos factores que pueden condicionar la evolución de los acontecimientos, que probablemente lo único seguro es que el futuro es difícilmente predecible. Y eso es malo para las empresas. Las decisiones empresariales se basan en una planificación de escenarios posibles, respecto de los cuales las empresas se posicionan. La toma de decisiones en un marco incierto hace que cualquier decisión sea más arriesgada y criticable y, por tanto, favorece la parálisis. La tentación es, ante la duda, abstenerse o posponer la decisión.