Así de rotunda se ha expresado la biográfa especialista en realeza Angela Levin, después de analizar la comunicación gestual y corporal del príncipe Harry en la Misa de Acción de Gracias en la Catedral de San Pablo, el pasado 3 de junio. "Lo que realmente me llamó la atención ese día fue la ira de Harry. Muestra sus emociones en su rostro y se le veía muy furioso", ha dicho la escritora a The Sun. El rostro del hijo de Carlos durante el servicio religioso era un poema. Transmitía aspereza y frialdad. ¿Por qué ese mal rollo?