Aragón

La incertidumbre política de Cataluña podría restar cuatro décimas al crecimiento de Aragón en 2018

La economía aragonesa crecerá el 2,4% en 2018 y 2019. Un crecimiento que podría ser superior si continúa el efecto limitado de la situación política de Cataluña en 2017, pero que restaría entre tres y cuatro décimas al PIB aragonés en este año de mantenerse la incertidumbre. Con estas previsiones económicas, Aragón podría crear alrededor de 21.000 empleos en dos años, que sobre todo vendrán de la mano del sector servicios y de la industria.

Aragón va a seguir creciendo durante los años 2018 y 2019 y lo hará en torno al 2,4%, aunque su crecimiento va a ser inferior en 0,8 puntos porcentuales en comparación con 2017, año en el que se observó en el segundo semestre un menor dinamismo causado por el agotamiento de en el recorrido a la baja de los tipos de interés, el aumento de los precios del petróleo y la disminución de la "demanda embalsada" durante la crisis que hizo que se retrasaran decisiones de compra.

Esta previsión de crecimiento podría ser mayor para 2018 porque en el primer trimestre hay un entorno de "crecimiento fuerte, que apunta a que la inercia de la economía aragonesa es todavía sólida", según ha explicado Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, en la presentación del Informe 'Situación de Aragón'' quien ha añadido que se observa un sesgo positivo en los próximos trimestres por el comportamiento del sector exterior, que "es sólido" y en el que se está produciendo un aumento generalizado de las ventas en los mercados internacionales.

En estas perspectivas de crecimiento, la economía aragonesa tiene una principal amenaza: la situación política de Cataluña. Un contexto de incertidumbre que no tuvo importantes repercusiones sobre la economía aragonesa en 2017, ya que sus efectos se compensaron con otros factores como las ventas internacionales, a pesar del peso del comercio interregional. De hecho, Cataluña es el primer socio de Aragón y absorbe un tercio de las ventas de la comunidad aragonesa a otras autonomías (4.000 millones de euros) y vende casi tres veces más (10.000 millones de euros).

"El impacto ha sido limitado en los datos del cuarto trimestre". De mantenerse ese impacto limitado sobre la economía aragonesa, se podría producir ese sesgo al alza en el crecimiento económico. En el caso contrario, la incertidumbre derivada del entorno político en Cataluña podría restar entre tres y cuatro décimas al PIB aragonés en este ejercicio, siendo una de las comunidades más afectadas.

Además de la situación política de Cataluña, otra de las posibles amenazas es el resultado final del Brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea, que ya se ha dejado sentir, por ejemplo, en la economía aragonesa con la caída en las ventas de automóviles. Un efecto, sin embargo, que ha sido compensado por las exportaciones en este sector a países como Francia y Alemania.

El efecto en la recta final del Brexit dependerá de las negociaciones y de si el acuerdo será más o menos parecido al status quo actual, aunque se calcula que una caída del 1,5% del PIB británico afecta a entre tres y cinco décimas de crecimiento de la economía aragonesa.

Mercado de trabajo

De mantenerse las previsiones económicas en torno al 2,4% en 2018 y 2019 en Aragón, el informe de BBVA refleja que en la comunidad aragonesa en estos dos años se podrían crear alrededor de 21.000 puestos de trabajo, produciéndose un descenso de la tasa de paro hasta el 7,7% a finales del año 2019.

Esta creación de empleo vendrá de la mano del sector industrial por la aportación que se observa al crecimiento de la comunidad y los datos de afiliación a la Seguridad Social, así como del sector servicios, a pesar de que se espera una desaceleración del turismo, pero "seguirá creciendo. La hostelería crece todavía conforme el crecimiento económico de España".

Sin embargo, dentro del mercado de trabajo, el informe alerta de que en la comunidad aragonesa siguen siendo necesarias medidas que incrementen la productividad media del factor trabajo y el mantenimiento de la creación de puestos de trabajo, puesto que el empleo aún está siete puntos por debajo del máximo alcanzado en la anterior época expansiva.

Estas medidas así deben ir dirigidas a reducir la tasa de paro y la precariedad del mercado de trabajo, además de incidir en la reducción de la desigualdad, corregir la alta temporalidad -en Aragón ha aumentado convergiendo hacia la media española-, y la restricción de capital humano que puede producirse en algunos sectores de actividad conforme se avanza en la reducción de la tasa de paro y la recuperación. "Crear más y mejor empleo es un reto de primera magnitud, junto con el reto demográfico, que podría generar tensiones de oferta en el mercado laboral".

En esta línea, se aboga por la formación de los parados y por conseguir más recursos para la capacitación de las personas que llevan tiempo en situación de desempleo o proceden de sectores como la construcción quem a pesar de su mejor evolución, es difícil que puedan absorber toda la mano de obra. Además, en estas medidas también se debe pensar en los cambios tecnológicos y la globalización.

Entre los retos también está conseguir una mayor eficiencia de los recursos que se destinan a formación y una mayor correlación entre las acciones formativas y la demanda de profesionales en las empresas.

En relación a los salarios, ante la bajada de la tasa de paro, se espera que las empresas tendrán que empezar a ofrecer incrementos salariales para atraer y mantener el capital humano, lo que podría producirse en sectores que están teniendo una recuperación económica y están más vinculados al sector exterior. No obstante, todavía hay algunos -como la construcción-, en los que la subida salarial será más difícil por la sobreoferta de trabajadores. "Sí vemos señales de subida de salarios en las empresas pero será heterogénea y dependerá del momento cíclico de cada empresa y sector".

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