
El vermut es una de las bebidas más habituales para tomar el aperitivo y que, desde hace unos años, se ha puesto de moda. Tradicionalmente, siempre se ha considerado que se sube pronto a la cabeza porque la tendencia era a elaborarlo con vinos que, en general, no eran aptos para consumirlos solos o bien a los que se les añadía azúcar por tener pocos grados. Un concepto que la marca aragonesa Turmeon ha cambiado radicalmente al reinventar el vermut para hacer creaciones exclusivas y de autor con sabores nuevos y únicos en el mundo.
"Soy una persona inquieta y creativa y el vermut abre un abanico más amplio para hacer productos diferentes al resto. La legislación no permite innovar mucho con la uva, pero sí con el vermut con la incorporación de botánicos o diferentes tipos de maceraciones. Y ¿por qué estancarnos con el vermut rojo o blanco como todos y no hacer cosas diferentes, siempre partiendo de la base de un vermut con ajenjo y buscando sabores que nunca se habían creado?", explica Martín Jaime, creador de Turmeon.
La idea de innovar con el vermut y de crear Turmeon nació hace aproximadamente cinco años, cuando Martín Jaime se incorporó a la dirección de Bodegas Jaime, empresa familiar -es su tercera generación-, y una de las más antiguas de Aragón, que hasta el momento había centrado su actividad en vender vinos a granel. Al ponerse al frente de la bodega, este ingeniero químico con máster en enología, decidió darle una nueva orientación. "Vi que el mundo del vino a granel -se vendía en los típicos despachos que había en las ciudades- se estaba acabando porque antes el vino era un más un alimento, pero ahora es más visto como un producto de ocio o lujo. No tenía sentido salir en ese mercado. En el máster nos empezaron a enseñar que el futuro del vino iba hacia darle valor añadido y hacer productos de calidad y pensando más en el ocio. Aparte del vino, teníamos un vermut para familiares y amigos, que cada vez le gustaba a más gente y se lo llevaban cada vez más. Y ahí fue cuando decidí que, en lugar de embotellar vino, embotellar vermut porque también había una tendencia a resurgir esta bebida" en la que optó por introducir a su vez una imagen más actual y un packaging más atrevido para renovar el concepto tradicional de vermut de "bebida de viejos" que, sobre todo, los más jóvenes tenían en mente.
Fruto de esta inquietud, se han ido creando los diferentes tipos de vermut Turmeon, que se elaboran en las instalaciones de Bodegas Jaime en la localidad zaragozana de Morata de Jalón, conformando una gama que comprende desde el Clásico, Original y Blanco a los más innovadores y que fueron únicos a nivel mundial en su lanzamiento como Turmeon Honey (con miel), Turmeon Rosé (con frutos rojos) y Turmeon Weed (elaborado con cannabis de acuerdo con la utilización que se permite en la legislación).
A todos ellos, se suma ahora el lanzamiento de Turmeon Zero, que es el primer vermut en el mundo con cero azúcar y que tiene la mitad de calorías que un vermut tradicional. Una bebida que responde al interés creciente de las personas por cuidarse y por la eliminación del azúcar de la dieta. "El vermut tiene la misma cantidad de azúcar que un refresco de cola. Pensé que tenía que probar a hacer uno para todos aquellos que se preocupan por su alimentación", explica Martín Jaime, quien añade que con Turmeon Zero se quiere dar respuesta también a las personas diabéticas, que venían demandando esta bebida, ya que no contiene azúcar ni derivados. Igualmente es apto para quienes siguen dietas bajas en carbohidratos como la low-carb, cetogénica o paleolítica.
Bajo esta cultura de la innovación se crean todos los vermuts Turmeon para lo que Martín Jaime tuvo que realizar un curso de perfumería natural -en enología solo suelen enseñar a fermentar vino- porque era la formación más próxima para adquirir conocimientos que permitieran trabajar con los distintos aromas. Todos los vermuts se elaboran "viendo que puede interesar al mercado. Otras veces es porque me apetece hacerlas, las dos a probar y, si gustan, las incorporo". A veces la inspiración está tan cerca como el melocotón en almíbar sin azúcar, que sirvió para desarrollar este vermut zero.
La tradición está presente también en Turmeon, puesto que en su elaboración se sigue la receta centenaria de Bodegas Jaime. Parte de su secreto radica en la utilización de una cierta cantidad del vino envejecido por más de 80 años en toneles llamados pipas. "Esto hace que sea único e inimitable".
La innovación ha favorecido que se lanzasen otras bebidas como la ginebra Blue Velvet -es 100% natural de color azul y está elaborada con diferentes flores como las de la violeta, cerezo, lirio y la del guisante-, o el vino Valdiñón, que se ha recuperado y se "mantiene por nostalgia" por la larga trayectoria que tiene, habiendo sido ya mencionado en la obra literaria 'La Regenta'.
Las etiquetas y el packaging son también innovadores. El primer Turmeon se lanzó con la primera etiqueta en movimiento. Hoy en día se mantiene, pero se ha ido adaptando a las diferentes creaciones y para destacar esa característica de vermut casero y de autor, así como para comercializarse en más canales, además del horeca.
Más presencia internacional
Desde su primer lanzamiento, Turmeon se ha abierto paso en los mercados, logrando en 2020 un crecimiento del 30%. Ahora, se está trabajando para introducir el vermut clásico en el canal de alimentación, apostando por los mercados de Dinamarca, Suiza y Alemania. El incremento ha venido sobre todo de la mano de la ginebra Blue Velvet, que se ha posicionado en mercados como Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia, Alemania y Países Bálticos (Letonia, Estonia y Lituania).
Turmeon tiene una importante proyección internacional, ya que exporta el 70%, llegando a mercados como Estados Unidos, Alemania o Suiza, entre otros. El mercado español concentra el 30% de la producción, estando presente sobre todo en Aragón, Cataluña, Navarra, La Rioja, País Vasco, Galicia, Castilla León, Madrid, Islas Baleares o Andalucía. Las perspectivas para el año 2021 son positivas porque "ya hemos duplicado ventas". A raíz del crecimiento, se ha acometido una inversión de alrededor de 60.000 euros en una embotelladora para "evitar tener cuellos de botella", ya que anteriormente este proceso se hacía de manera manual.