
La entidad financiera, que ha celebrado su Asamblea General, obtuvo en el año 2020 un beneficio de 3,2 millones de euros después de impuestos frente a los 4,2 millones del ejercicio de 2019 por el saneamiento de la cartera de inversión crediticia. El ratio de solvencia ha crecido hasta el 16,74%.
Caja Rural de Aragón registra así un ratio de solvencia 424 puntos básicos por encima del requerimiento del Banco de España, además de tener un ratio de liquidez a corto plazo del 400% y un ratio de inversión sobre financiación del 77%, según se ha puesto de manifiesto en la celebración telemática de su Asamblea General en la que se han aprobado por unanimidad las cuentas anuales presentadas por el Consejo Rector y la gestión social llevada a cabo durante el año 2020.
La caja rural ha crecido el 7,5% en relación al año anterior en depósitos a clientela, que se han elevado a más de 3.800 millones de euros a final del ejercicio, mientras que el volumen gestionado de recursos tomados a clientes se ha incrementado un 5,7%, superando los 5.000 millones de euros.
Caja Rural de Aragón mantuvo la morosidad en el 6,5% -a pesar de la coyuntura económica tanto nacional como mundial-, con un ratio de cobertura superior al 72%. Desde la entidad han señalado el "esfuerzo" en la contención del gasto en la mayoría de los epígrafes.
En un año marcado por la pandemia, con el objetivo de paliar sus efectos y reactivar la economía, la entidad concedió 13.100 operaciones de préstamo y crédito con un volumen de más de 800 millones de euros, lo que representa un 36% más en comparación con el año anterior. El sector agroalimentario concentró el 40%.
La entidad no solo habilitó líneas de financiación para autónomos, pymes y grandes empresas por la COVID-19, sino que también adoptó medidas para apoyar a las personas como moratorias hipotecarias, anticipo del abono de la pensión, desempleo o ERTES, eliminación de comisiones o aplazamientos de compras.
Caja Rural de Aragón tuvo en 2020 una posición líder en Aragón en la domiciliación de las ayudas correspondientes a la Política Agraria Común (PAC) con casi una de cada tres solicitudes de estas subvenciones domiciliadas en la esta entidad.
El año 2020 también ha sido importante en la entidad en digitalización, continuando con el plan estratégico e inaugurando la nueva web, impulsando un chatbox, facilitando al comercio nuevas herramientas y plataformas digitales y disponiendo de nuevas apps.
Sobre esta base, "la prudencia que nos viene caracterizando en los últimos años, la cobertura de los activos irregulares con la generación de fondos adicionales y el reforzamiento que hemos realizado de la solvencia de la Caja, van a ser factores decisivos para poder hacer frente a la crisis económica en la que estamos inmersos y que esperamos llegue a su fin hacia finales del presente ejercicio 2021", afirmó Luis Ignacio Lucas director general de Caja Rural de Aragón.
Rentabilidad social
Durante su intervención, Luis Olivera, presidente de Caja Rural de Aragón, explicó que "en un año tan complejo e inédito, en nuestra Caja, hicimos lo que mejor sabemos hacer. Estar cerca de las personas. Los más de 700 empleados y empleadas de Caja Rural de Aragón volvieron a dar muestras de sus valores".
Olivera también aludió a "la rentabilidad social que aportamos al territorio, con cerca del 65% de la red de oficinas en localidades de menos de 2.000 habitantes y cómo con nuestra financiación colaboramos a la vertebración de nuestras comarcas".
La entidad finalizó el ejercicio 2020 con más de 116.000 socios y prácticamente 260.000 clientes en Aragón, La Rioja y la provincia de Lérida, gestionados por un equipo de más de 700 personas desde 221 oficinas.