Andalucía ofrece más de 500 másteres universitarios y más de 160 programas de doctorado. Los empresarios piden que tengan una relación más directa con las necesidades del mercado laboral andaluz, donde hay un millón de parados.
Los másteres están de moda. El número de alumnos que realiza alguno de estos programas educativos en Andalucía no ha parado de crecer en los últimos años, especialmente desde la incorporación de España al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), más conocido como Plan Bolonia, que se firmó en octubre de 2007.
Hace años realizar un máster parecía algo destinado a investigadores o a profesionales que querían mejorar su posición laboral e impulsar su carrera. Sin embargo, hoy en día se ha convertido simplemente en la guinda en el pastel de la educación superior. En estos momentos son más de 90.000 los alumnos que realizan algún máster universitario en toda España, tras crecer un 20 por ciento sobre el año anterior. En Andalucía son más de 20.000 los estudiantes de estos programas, una de las cifras más altas del país.
La comunidad es la tercera por el volumen de másteres ofertados, más de 500, tras Madrid (unos 800) y Cataluña (en torno a 700), pero las cifras de desempleo de esta regiones son muy distintas. Mientras en Madrid y Cataluña la tasa de paro se sitúa actualmente en en el 13,40 y el 12,19 por ciento, respectivamente, Andalucía duplica esas cifras con una tasa de paro del 24,74 por ciento y casi un millón de parados.
Ante ello, los empresarios andaluces reclaman una mayor conexión entre el mundo universitario y el mercado laboral, así como una mayor transferencia de conocimientos desde el mundo académico al de las compañías de la región.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Javier González de Lara, insiste en que "los andaluces debemos ser tan exigentes con nuestra educación pública como lo somos con nuestra sanidad", y lamenta que los partidos políticos "no sean capaces de ponerse de acuerdo para alcanzar un gran pacto de Estado sobre esta materia que es fundamental para sentar las bases de nuestro futuro".
En el caso de la educación superior, desde la CEA destacan la necesidad de que estos estudios, especialmente los programas de máster y doctorado, estén más enfocados a las necesidades reales del sistema productivo andaluz y con el foco puesto en la empleabilidad de los alumnos. "Cada curso se hacen miles de tesinas o trabajos de fin de máster en nuestras universidades y sería un gran avance que muchos de estos tuvieran un sentido más práctico y enfocado hacia una salida laboral, en lugar de sólo académico", explican desde la patronal andaluza.
También la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), presidida por Ana Botín, ha vuelto a destacar en su último informe de 2016 que el sistema universitario español tiene que mejorar en indicadores de investigación y de transferencia -publicaciones con empresas, Spin-offs y publicaciones citadas en patentes-, así como en la orientación internacional.
Según datos del Gobierno, la tasa de paro entre los estudiantes de máster se sitúa en un 10,5 por ciento en el caso de los hombres y un 14 por ciento en el caso de las mujeres. En el caso de los ocupados, también registran una menor incidencia del empleo a tiempo parcial, un 11,6 por ciento, y de los contratos temporales, en torno al 20 por ciento de los asalariados.
Asimismo, cuanto mayor nivel educativo, mayores ingresos por el trabajo desempeñado. Así, por ejemplo, un titulado en los niveles universitarios más elevados -máster o doctorado- ingresaba un 63,1 por ciento más que aquellos con bachillerato o ciclos formativos de grado medio.
Sin embargo, la Fundación CYD también destaca que en España contamos con una "sobreeducación", comparado con nuestro entorno. Esto sería debido, por un lado, a que la estructura productiva no genera suficientes ocupaciones de alta cualificación, en comparación con los países de la UE Así, el 34,4 por ciento de los contratos realizados en 2016 con graduados universitarios fueron para que desempeñaran tareas de baja cualificación.
Por su parte, desde la Junta de Andalucía se muestran satisfechos por su apuesta por facilitar el acceso a estos estudios de postgrado a todas las capas sociales y confían en los planes de empleabilidad que realizan las distintas universidades de la región, aunque reconoce la dificultad que en ocasiones encuentran para que los alumnos hagan prácticas en empresas relacionadas directamente con sus estudios. Esa "democratización" de los másteres se ha impulsado especialmente en Andalucía, donde el Gobierno autonómico ha apostado por tasas muy baratas que permitan su acceso a la práctica totalidad de la población que lo desee realizar. Así, el precio por crédito en Andalucía se sitúa en 13,68 euros, menos de la mitad de la media nacional, situada en 27,23 euros.
Según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Andalucía ha ofertado este curso 2017-18 más de 20.000 plazas para alumnos de máster universitarios, de los que 45,7 por ciento (9.519 plazas) han sido en el área de Ciencias Sociales y Jurídicas, un 19,6 por ciento (4.197 plazas) en Ingeniería y Arquitectura, un 12,2 por ciento (2.534) en Ciencias de la Salud, un 11,8 por ciento (2.447) en Arte y Humanidades, y el resto, un 10,5 por ciento (2.185 plazas) en Ciencias.
En Andalucía existen 10 universidades públicas, una por cada una de las ocho provincias, a las que hay que sumar una segunda en Sevilla -Pablo de Olavide (UPO)-, y la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA). Actualmente sólo existe una universidad privada reconocida por la Junta, la Universidad Loyola Andalucía, con sede en Sevilla y Córdoba.
Las universidades púbicas andaluzas han ofertado este año 499 másteres y 164 programas de doctorado, según los datos facilitados por la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta, que destaca que esta oferta "responde a las necesidades sociales y productivas de la comunidad autónoma, sobre todo las vinculadas a las áreas de especialización que marcan los seis Campus de Excelencia Internacional que funcionan en Andalucía: agroalimentación, biotecnología, biomedicina, salud, energías renovables y tecnologías de la comunicación".
La Universidad de Granada es la que oferta un mayor número de máster, hasta 103, seguida de la Universidad Hispalense (88), la Universidad de Málaga (59), la Universidad de Cádiz (50), la Universidad de Córdoba (42) y la Universidad Pablo de Olavide (38), la Universidad de Jaén (37), la Universidad de Almería (36), la Universidad de Huelva (29) y la UNIA (17).
Es importante considerar que no todos los másteres son iguales. Existen dos categorías de másteres: habilitantes y no habilitantes. Los másteres habilitantes son aquellos que capacitan para el ejercicio de profesiones reguladas, como pueden ser muchas ramas de la ingeniería, la Enseñanza Secundaria o la Psicología Clínica. Esta oferta es necesaria, dado que es un paso necesario de muchos graduados para poder entrar en el mercado laboral.
Los másteres no habilitantes son de especialización para el resto de profesiones y complementan a la formación adquirida a nivel de grado. No obstante, cabe señalar que para poder matricularse dentro de un programa de doctorado previamente hay que superar un máster oficial, que sustituye a los antiguos cursos de doctorado. De esta forma el Trabajo Fin de Máster se entiende equivalente a las antiguas tesinas y el propio título concede al egresado el mismo nivel que antes se obtenía con el Diploma de Estudios Avanzados (DEA).
Sin embargo, esta explosión de estudios superiores y de másteres no parece que consiga evitar el principal drama de Andalucía: una de las tasas de paro más altas de Europa, situada en torno al 25 por ciento, con casi un millón de desempleados. La directora general de Universidades de la Junta de Andalucía, Dolores Ferré, considera que el boom de creación de másteres de los últimos años ha tocado a su fin y que a partir de ahora se producirá el ajuste natural de continuidad con los grados.
Este curso, la Junta ha ofertado en sus universidades públicas 439 grados y 499 máster, además de 164 doctorados. Con la oferta andaluza de másteres oficiales se garantiza que cada grado tenga al menos una posibilidad de especialización a nivel de postgrado. Este apartado es muy dinámico y la oferta se renueva en función de la demanda, o de la visión que tiene cada universidad a nivel estratégico sobre las necesidades del entorno profesional. Por ello, aunque la oferta de nuevos títulos es alta, en general la cifra total de másteres no crece demasiado, ya que muchos entran en sustitución de otros títulos que dejan de ofrecer nuevas plazas.
Este curso, las universidades de Granada y Jaén han incorporado 7 títulos de nueva creación cada una; las de Almería, Córdoba y la Pablo de Olavide han creado 5; las de Cádiz y Huelva 3; las de Málaga y Sevilla 2; y la UNIA sólo 1. Destacan los másteres referidos a ciberseguridad, medioambiente, energías renovables, biotecnología, ingenierías y servicios sociosanitarios, entre otras áreas.
Universidad Loyola
El papel de las universidades privadas ha crecido en los últimos años en toda España, y especialmente su peso en los estudios de postgrado. La Universidad Loyola Andalucía es la única privada de esta región con titulación reconocida oficialmente por la Junta de Andalucía.
Su rector, Gabriel Pérez Alcalá, se muestra crítico con la "nebulosa" y la "falta de claridad" con la que se permite usar la palabra máster a cualquier institución o academia que ofrece un programa educativo sin más aval que su propia publicidad. También considera que muchos de los máster que ofrecen las universidades públicas no responden a necesidades del mercado o del alumnado, sino a las necesidades o conocimientos de los profesores tras reducirse los años del grado.
Por su parte, Loyola considera que un máster no debe ser "un quinto de carrera sino un primer curso de profesión" y por eso destaca su oferta de 14 máster -muchos dobles- y su vocación global y profesional, claramente conectada con su entorno social y empresarial.