Manuel Díaz, uno de los más fieles escuderos del alcalde de Málaga, ha anunciado que se marcha al grupo Famadesa, presidido y controlado por otro ex concejal del PP, Federico Beltrán. El ya ex edil popular pasó por la corporación de forma discreta, aunque su última etapa haya sido tormentosa. Sus amigos le definen como una gran persona, seria, rigurosa, trabajadora y eficaz, cualidades que hoy abundan muy poco en política.
Al frente de la difícil área de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, Díaz demostró ser un gestor brillante, pese a la crisis. Su marcha ha sorprendido a todos, máxime cuando el alcalde Francisco de la Torre le nombró en algunos medios de comunicación como uno de sus posibles sucesores. Por tanto, estaba llamado a conseguir grandes gestas en el futuro.
Con este guiño cariñoso, De la Torre puso en el punto de mira a uno de sus concejales de más confianza en el Consistorio malagueño. Pronto, sus adversarios políticos sacaron los cuchillos y se lanzaron a por su cabeza. Fue una muerte anunciada. Lo paradójico y cruel es que fueron sus compañeros de partido quienes le hicieron mas daño. Cometió un error al pagar menos de lo estipulado por una licencia de obras. A todas luces, un defecto subsanable. Pero no se lo perdonaron. Las filtraciones desde el PP dejaron al descubierto las irregularidades en la tramitación de una licencia para reformas en su vivienda. Este caso fue denunciado por la oposición, que le acusó también de un presunto delito de cohecho por la adjudicación de una piscina a una sociedad de un amigo suyo y de otro socio al que compró un vehículo. A rey muerto, rey puesto, pensaron sus enemigos. Ahora, un Juzgado ha archivado la causa al no encontrar indicios de delito.
¿Qué significa esto? Que restituye su honor y su imagen pública. Que podía seguir en política como delegado municipal del distrito de Carretera de Cádiz, uno de los más poblados de la capital, sin ver mermada su popularidad. Pero no ha querido. Este ingeniero industrial, harto de las intrigas internas del PP y de las malas artes de sus compañeros y también de la falsa denuncia con fines electoralistas del PSOE, deja la política y se marcha a Famadesa, la principal cárnica de Andalucía, con Federico Beltrán. El empresario, que ha dado el salto a China, no ha dudado ni un segundo en ficharle. Quiere a su lado buenos gestores para seguir creciendo en España y en el exterior.
Balón de oxígeno para las pymes
