Me parece loable que el presidente del grupo Famadesa, Federico Beltrán, haya decidido crecer en 2011, en vez de retirarse a sus cuarteles de invierno y esperar a que escampe la crisis. Lo ha hecho nada más y nada menos que en el mercado chino y en la Comunidad asturiana. En una entrevista con elEconomista, que se publicará esta semana, el empresario malagueño desvela su estrategia empresarial. Considera que los grandes proyectos, con decisión y esfuerzo, salen adelante.
Beltrán está convencido ?como también lo están Ramón Soler, de Faccsa- Prolongo, o Rafael González de Gor, de Mayoral, entre otros empresarios andaluces- de que el gigante asiático es necesario para su negocio. Llevaba muchos años persiguiendo este mercado y, al fin, lo ha logrado este año. En la actualidad, Famadesa exporta a Rusia, Hong Kong y Japón, entre otros países, y es líder en el mercado portugués.
El grupo Famadesa, uno de los referentes en el sector cárnico andaluz, facturó en 2010 casi 200 millones de euros, una cifra importante para una compañía fundada en la década de los setenta, que se ha convertido con el paso del tiempo en una de las mas importantes y modernas. En el top ten de los mataderos nacionales figura en el sexto lugar. En él se sacrifican mas de un millón de cerdos y se producen 86 millones de kilos de carne.
Beltrán es un empresario que ha navegado por la política sin zozobrar, aunque recibió algunas críticas por parte de los medios de comunicación afines al PSOE. Vinculado al PP como concejal en el Ayuntamiento de Málaga en la etapa de Celia Villalobos como alcaldesa, se marchó sin aspavientos de ningún tipo y discretamente de la política. Por otra parte, su olfato para los negocios ha sido evidente al convertir una empresa familiar en un grupo sólido y solvente.
A nivel institucional y empresarial se mueve como un lince. Es cauto y un ágil cazador de oportunidades de negocio. También es proactivo, tenaz e insistente. Respeta al adversario. Sabe que para seguir siendo de los mejores es necesario trabajar duramente y marcarse objetivos claros, que supongan un reto, como el de China. Fe de ello pueden dar el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, el presidente andaluz, José Antonio Griñán, o el presidente regional del PP, Javier Arenas, quienes han visitado la fábrica que tiene en la barriada malagueña de Campanillas, que cuenta con casi 500 trabajadores.