
La hostelería tendrá que decir adiós a varios de los productos más habituales en su día a día. Entre los afectados están los envases de frutas y verduras frescas sin procesar, y los de alimentos y bebidas que se consumen en los bares y restaurantes, como los sobres de azúcar que suelen acompañar al café y los de salsas como la mayonesa y el kétchup.
Otros productos que también quedarán prohibidos serán los champús y productos de higiene personal en formato pequeño, como los que se sitúan en las habitaciones de los hoteles. Y no solo eso: también se prohibirán aquellas bolsas de plástico muy ligeras, es decir, las de menos de quince micras, para prevenir efectos nocivos para la salud en el porvenir.
En profundidad
¿Y esto a que se debe? Pues bien a la normativa de la Unión Europea (UE) para reducir los residuos y el consumo de plásticos de un solo uso. Sorprendentemente, forma parte del Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases (PPWR), aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo, que pretende avanzar hacia una economía sostenible y más circular.
Pese a que la normativa es clara, poniendo como fecha límite para su entrada en vigor mediados del año 2026, lo cierto es que algunas fuentes hacen hincapié en 2030 como la fecha definitiva para ciertas aplicaciones. En los próximos meses, casi con total seguridad, se conocerán más detalles.
Más detalles
En cambio, los establecimientos tendrán que ofrecer alternativas reutilizables o recargables, como azucareros tradicionales con cucharillas, dispensadores, jarras de leche o tarros colectivos. Lo cual ha generado cierta polémica en redes sociales, sobre todo en 'X' (antes Twitter).
Con esta iniciativa, la UE defiende que se contribuirá a una reducción considerable de la generación de residuos, siendo muy importante de cara a frenar todo el impacto medioambiental del consumo masivo de envases de plástico. Que no es para nada sencillo.
A tener en cuenta
Además de estos, cabe destacar que la normativa ya ha ido prohibiendo -o limitando- en los últimos meses otros plásticos de un solo uso, como los siguientes: cubiertos, platos y vasos de plástico de un solo uso, pajitas, contenedores de alimentos y vasos para bebidas hechos de poliestireno expandido...
Como era previsible, desde estos sectores citados anteriormente han empezado a surgir varias críticas, recalcando la gran dificultad que podría suponer el cambio. Eso sí, no les ha servido de absolutamente nada -por el momento- debido a que la normativa ya está en marcha y los países miembros deberán adaptarla a sus legislaciones nacionales próximamente.