
El periodo de confinamiento que se impuso en España -y muchos países- como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 supuso un antes y un después para los hábitos de muchas personas. De hecho, a partir de ahí se produjo un aumento de la preocupación por llevar un estilo de vida saludable.
Sí, en el que una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio físico sean las grandes protagonistas. Uno de los grandes cambios se produjo en el café, la segunda bebida más consumida a nivel mundial. Es más, se estima que cada día se beben miles de millones de tazas de café en todo el planeta.
En profundidad
Se trata de no echar azúcar al café. Aunque pueda parecer algo insignificante, no añadir azúcar al café es muy positivo para la salud debido a que reduce las calorías, ayuda a controlar el peso, mejora la memoria la concentración, protege la salud bucal y aporta antioxidantes.
¿Y cómo repercute en el corazón? Pues, por lo general, positivamente, debido a que puede reducir el riesgo de insuficiencias cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades coronarias, gracias a los citados antioxidantes y los compuestos antiinflamatorios.
Más detalles
Como bien sabemos, la cafeína puede causar un incremento temporal de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, más concretamente en personas no acostumbradas. Ahora bien, estos efectos suelen ser leves y disminuyen considerablemente al procesarse la cafeína.
Claro está, no agregar azúcar también puede realzar el sabor natural del café. Según algunos expertos, la canela sería una buena alternativa para sustituir el azúcar en el café, siempre haciendo un uso moderado. Otra opción es su usar miel, dado que es un producto que proporciona ciertas vitaminas, minerales y antioxidantes útiles para el organismo.