
En las cocinas se usa el aceite vegetal para cocinar, ya sea freír, hacer a la plancha o incluso aliñar una ensalada. Sin embargo, cuando se usa de manera diaria se puede acumular un excedente de aceite ya usado y se convierte en un residuo difícil de manejar.
Debido a que es altamente contaminante no conviene deshacerse de él por el sumidero, por lo que la mayoría opta por desecharlo en un punto limpio. Esa es la opción que todos conocen, pero hay varias maneras de darle una segunda vida a la vez que ahorras un poco. Con un poco de mañana puede transformarse en objetos útiles para la casa como lámparas de aceite o jabón.
Y es que decorar con lámparas de aceite para la casa o el jardín no puede ser más sencillo. Estas pueden durar varias horas y son perfectas para darle a tu hogar un ambiente íntimo.
Materiales
- Frasco de vidrio con tapa metálica
- Aceite vegetal usado y colado
- Mecha de algodón o cordón grueso
- Martillo y clavo (para perforar la tapa)
- Piedritas o arena decorativa
Lo primero es limpiar bien el tarro y su tapa antes de hacer el agujero en el centro de la tapa con la ayuda del martillo. Pasa tu mecha por este orificio dejando unos 3 cm hacia afuera, pero llegando bien hasta el fondo del frasco.
Luego llena el frasco con el aceite, cierra bien la tapa y ya puedes encender la mecha.

Otras opciones populares
Un jabón casero, para decorar tu baño a gusto, es una opción muy popular. Con este jabón personalizado podrás usarlo tanto para el aseo después de usar el baño como para limpiar utensilios o incluso el suelo.
Quede claro que para manos es apto, pero no se debe usar para cara ni cuerpo sin consultar con un especialista. La sosa cáustica es agresiva si no se neutraliza correctamente. Además, todo el proceso debe hacerse en un lugar abierto.
Materiales
- 1 litro de aceite vegetal usado (colado con filtro de papel o tela fina)
- 135 gramos de sosa cáustica en escamas (se puede comprar en ferreterías)
- 300 ml de agua fría
- Recipiente plástico o de acero inoxidable (nunca de aluminio)
- Cuchara de madera para mezclar
- Moldes (pueden ser de silicona, cajas de cartón o de plástico)
- Guantes y gafas de protección
- Ralladura de limón para perfumar
Lo primero es empezar tratando el aceite usado. Cuelalo muy bien para eliminar restos e impurezas para dejarlo reposar aparte.
Mientras ponte los guantes y en un lugar bien ventilado empieza con la sosa cáustica. Recuerda que es una sustancia peligrosa, pero se requiere para conseguir el proceso de la saponificación, que tiene lugar cuando un ácido graso (como el aceite) se mezcla con una base fuerte (como la sosa cáustica).
Coloca el agua fría en un recipiente resistente al calor de plástico o acero inoxidable (nunca de aluminio) y vierte poco a poco la sosa. Nunca lo hagas al revés o se podría calentar muy rápido y esa reacción química corrosiva te podría salpicar.
Espera a que se enfríe bien e incorpora el aceite muy poco a poco mientras se mezcla con la cuchara de madera constantemente. Más o menos hay que revolver unos 30 minutos hasta conseguir la textura deseada, como una crema espesa.
Ahora es el momento de decorar y añadir los aromas antes de verter la mezcla en moldes y dejar reposar 24 horas. Por último, desmoldar y dejar en un lugar seco y ventilado unas 3 semanas para que pierda la alcalinidad y se termine de solidificar.