
Aunque técnicamente debería ser igual de sencillo pronunciar la palabra "sí" que "no", para muchas personas negarse a algo, por razonable que sea, viene acompañado del incómodo sentimiento de culpa. En gran parte, esto viene derivado de la sociedad demasiado servicial en la que vivimos, por lo que, desgraciadamente esta situación cada vez es más común.
Y ahora bien, aunque es cierto en primera instancia las consecuencias de esto puedan ser positivas, pues nos sentimos bien ayudando a la otra persona, realmente se está considerando una petición como obligación, por eso es tan importante saber decir que no cuando no queremos hacer algo.
Esto es lo que dice la psicología
Según la psicóloga y escritora, Ellen Hendrinksen, el sentimiento de culpa por decir que "no" suele estar relacionado con el deseo de ser querido y aceptado. Por lo que, realmente no es tanto el hecho, sino la posible consecuencia de decepcionar a alguien. Por lo general, estamos ante un patrón común en personas con un estilo de apego ansioso, de manera que esta situación se percibe como un riesgo a perder de ese vínculo.
Eso sí, esto no quiere decir estemos ante personas con baja autoestima, en gran parte la culpa viene de una empatía excesivamente desarrollada. Para Mario Alonso Puig, médico y divulgador, es importante saber decir que no y aprender para que no se acabe convirtiendo en algo malo para nosotros mismos. "No podemos decir que sí a todo y no puede ser todo una prioridad, no es un tema de tiempo, sino de prioridades".

Claves para aprender a decir que no
- Conoce bien tus límites: Uno de los primeros pasos y de los más necesarios es conocer dónde está el límite, para saber en qué momento se está traspasando y cuándo realmente necesitas decir que no.
- Aprende a priorizar: Saber cuáles son tus prioridades y objetivos también es clave para identificar cuáles son las peticiones que puedes aceptar y cuáles no.
- Ofrece alternativas: Una solución podría ser ofrecer una alternativa a la otra persona para "satisfacer" a la otra persona sin tú sentirte mal y sin comprometer tus límites.
- Practica la autoaceptación: Y, por supuesto, debes aprender a aceptar que también está bien decir que no, ya que no es necesario complacer a todo el mundo todo el tiempo.