Evasión

Ni Jávea Ni Altea: el pueblo medieval más encantador de Alicante es también uno de los más infravalorados

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Aunque casi todas las miradas se las lleven localidades como Altea, Jávea o Calpe, lo cierto es que Alicante tiene mucho más que ofrecer. En el interior de la provincia, dejando atrás la Costa Blanca, se erigen pequeños pueblecitos que no tienen nada que envidiarle a los demás y que son perfectos para disfrutar de una escapada en verano. Mucho menos masificado y con un atmósfera especial, destaca Biar y su imponente castillo medieval que vigila al pueblo desde las alturas.

Una población repleta de historia

Hablar de Biar es comentar la extensa historia que se vivió entre sus calles. Para que nos hagamos una idea, sus orígenes datan de la época romana, aunque su crecimiento y su esplendor urbanístico comenzó durante el periodo andalusí. Con la Reconquista de por medio, Biar se convirtió en uno de los puntos claves, gracias a su ubicación estratégica en el frontera con el Reino de Castilla.

Sin duda alguna, el monumento que sigue llamando la atención de todo aquel que se acerca a conocer esta población es su castillo medieval. Fue construido a unos 750 metros de altura durante el siglo XII y aunque a día de hoy no se puede visitar porque se encuentra en rehabilitación, es una de las insignias de la Biar. Es más, este fue declarado Monumento Nacional el día 4 de junio de 1931.

Castillo de Biar
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Viajar al pasado todavía no es posible, pero pasear por las callejuelas de Biar es una de las sensaciones más parecidas. Su condición de fortaleza sigue estando presente siglos después, con la presencia de la entrada a la ciudad amurallada, el portal de la Villa, así como el acueducto de piedra ojival construido en el siglo XV y que todavía aguanta en pie.

El Santuario de Biar es otro de los grandes atractivos del pequeño pueblecito, así como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y sus referencias renacentistas y barrocas. Por supuestos, la mejor forma de conocer un lugar es recorriéndolo a pie, y en tu visita no pueden faltar un par de paradas en la Plaza de la Constitución, donde está la Casa Consistorial, o en el convento de los Capuchinos.

Calles de Biar
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Por último, si por algo se caracteriza también Biar es por sus devociones y sus festejos. Aunque en verano también es buena época para visitarlo, si tuviéramos que quedarnos con un mes del año sería mayo, ya que es cuando tiene lugar las fiestas de Moros y Cristianos. Una tradición de lo más arraigada en la localidad medieval que supone un punto de encuentro tanto para los turistas que se acercan a conocerla, como para los locales.

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