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Una investigación demuestra que una cultura marítima muy importante floreció en Filipinas hace 35.000 años

Bandera de Filipinas. Fuente: Canva.

Arqueólogos han presentado "pruebas contundentes" de una historia de migración humana, innovación tecnológica y relaciones a larga distancia centrada en el archipiélago filipino hace más de 35.000 años.

En profundidad

Un equipo de la Universidad Ateneo de Manila presenta en la revista Archaeological Research in Asia una gran cantidad de datos y materiales del Proyecto Arqueológico de Mindoro, incluyendo algunas de las evidencias más antiguas de la presencia de humanos anatómicamente modernos (Homo sapiens) en el archipiélago filipino, en Mindoro Occidental, particularmente en la isla de Ilin; San José; y Santa Teresa, Magsaysay.

Mindoro, como la mayoría de las islas principales de Filipinas, excepto Palawan, nunca estuvo conectada con el Sudeste Asiático continental, ni por puentes terrestres ni por capas de hielo, y siempre fue necesario cruzar el mar para llegar. Esto probablemente impulsó el desarrollo de tecnologías sofisticadas para atravesar y sobrevivir en este entorno.

Más detalles

Diversos hallazgos, como restos humanos, huesos de animales, conchas y herramientas de piedra, hueso y concha, demuestran que los primeros habitantes de Mindoro aprovecharon con éxito los recursos terrestres y marinos, de tal manera que, hace más de 30.000 años, ya poseían habilidades marineras y técnicas pesqueras específicas que les permitían capturar especies depredadoras de alta mar, como el bonito y el tiburón, y establecer conexiones con islas y poblaciones lejanas en la vasta región marítima de Wallacea.

De particular interés es el uso innovador de las conchas como materia prima para herramientas desde hace más de 30.000 años. Esto culminó en la fabricación de azuelas a partir de conchas de almejas gigantes (especie Tridacna), que datan de hace 7.000 a 9.000 años. Estas presentan una sorprendente similitud con las azuelas de concha halladas en la región del Sudeste Asiático insular y hasta la isla Manus en Papúa Nueva Guinea, a más de 3.000 kilómetros de distancia.

Los investigadores también hallaron en la isla Ilin una tumba humana que data de hace unos 5.000 años, con el cuerpo en posición fetal, cubierto con losas de piedra caliza. El método de enterramiento era similar al de otros entierros flexionados hallados en el Sudeste Asiático, lo que sugiere influencias ideológicas y sociales compartidas y una creciente complejidad social en una vasta área desde el continente hasta islas distantes.

A tener en cuenta

Los yacimientos arqueológicos de Mindoro han aportado evidencia de habitantes culturalmente sofisticados, adaptados tanto a nivel conductual como tecnológico a entornos costeros y marinos.

En conjunto, estos descubrimientos sugieren que Mindoro y las islas Filipinas cercanas formaban parte de una extensa red marítima que ya existía durante la Edad de Piedra y que facilitó el intercambio cultural y tecnológico entre las primeras poblaciones humanas del Sudeste Asiático insular durante muchos milenios.

Al documentar la habitación humana durante un largo período de tiempo, con el surgimiento de estrategias de subsistencia avanzadas y tecnologías marítimas, el Proyecto de Arqueología de Mindoro no sólo llena vacíos críticos en el registro prehistórico de Filipinas, sino que también redefine la importancia de la región en la narrativa más amplia de la migración y adaptación humana en las islas del sudeste asiático.

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