
Quienes tengan la suerte de tener un pequeño terreno exterior, tienen la opción de plantar diferentes cultivos, sobre todo, con la llegada del buen tiempo. ¿A quién no le gustaría comer de su propia cosecha? ¿Qué hay más gratificante que recolectar tomates propios? Sin embargo, algunos cultivos, como las tomateras, requieren de un buen espacio para crecer, lo que no siempre es posible.
El problema de espacio es, en muchas ocasiones, el principal inconveniente para el desarrollo y correcto crecimiento de las tomateras, que pueden llegar a tener una gran envergadura. De hecho, es muy común tener que usar los conocidos como tutores o estacas, que son los soportes para las tomateras, los cuales obstaculizan el paso, ocupan aún más espacio y se caen con la primera ráfaga de viento.
Así, ahora hay una alternativa moderna y que es tendencia, muy práctica y eficiente a la hora de cultivar tomates, que se adaptan incluso a los espacios más pequeños, para hacer de soporte a las tomateras sin necesidad de un espacio muy grande.
Tomates sin soportes tradicionales
El tutor de madera o metal, que consiste en un soporte que se instala al lado de cada tomatera para que crezca de manera vertical, es el elemento más conocido y común en los huertos. Sin embargo, esta técnica tiene límites, ya que requiere de mucho espacio en el suelo. Así, la solución pasa por optar por un espaldero horizontal o colgante, también conocido como cultivo en cuerda o espaldera colgante.
Este sistema, que proviene del cultivo en invernadero, se adapta perfectamente a huertos urbanos y huertos en balcones, tal y como indican desde el medio francés Ouest-France.
De este modo, en lugar de sujetar las plantas de forma vertical con las estacas, lo que hay que hacer es cultivar en una estructura elevada en al aire, con un alambre u otro tipo de material horizontal, para que la tomatera crezca en esta dirección.
Paso a paso
Solamente es necesario fijar un alambre en lo alto de una pérgola, arco o, incluso, un simple marco de madera o metal. El tallo principal de la planta se debe enrollar alrededor del alambre a medida que la tomatera va creciendo. Se pueden usar también clips flexibles para sujetar la planta al alambre.
Con esta técnica, la planta, en lugar de trepar hacia arriba, va desarrollándose y creciente de forma horizontal, echando sus frutos sin riesgo de que se caigan, procediendo después a la recolección de forma mucho más fácil y cómoda.
Este sistema ahorra espacio porque las plantas crecerán más altas, liberando el espacio del suelo, lo que permite moverse más fácilmente entre la zona de huerto y, además, se deja espacio vertical para otros cultivos que no necesiten de estacas.
Por último, hay que saber que se mejora la circulación del aire, reduciendo el riesgo de enfermedades a causa de hongos y otras plagas que suelen afectar a las tomateras.
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