Se le impone una pena de 25 años por matar a su pareja y prisión permanente revisable por el asesinato de su hija de 11 meses en 2021, en la localidad de Liaño (Cantabria). La sentencia, dictada el pasado 13 de marzo, se ha dado a conocer este lunes por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) y supone la primera vez que se aplica esta condena en Cantabria, según recoge Europa Press.
En el auto, contra el que cabe recurso ante la Sala de lo Penal del TSJC, la magistrada le considera autor de dos delitos de asesinato con la concurrencia de la circunstancia de agravante de parentesco y, además, en el caso de la muerte de su pareja, del agravante de discriminación por razón de género.
Asimismo, le impone dos medidas de libertad vigilada de diez años cada una y le priva de la patria potestad durante el tiempo de la condena de las hijas que tiene con otra pareja. Junto a todo esto, se suma un año de prisión por el delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, ya que cometió los hechos cuando pesaba sobre él una orden de alejamiento respecto de su pareja y su hija.
Indemnización a los familiares
En concepto de responsabilidad civil, establece la magistrada que el acusado deberá indemnizar a los familiares de las fallecidas en 245.000 euros. Según los hechos probados que se recogen en la sentencia, el condenado regresó a la vivienda familiar pocos días después de conocer la prohibición de acercarse a su hija y a su pareja y lo hizo con el consentimiento de esta.
En este lugar permaneció varias semanas, pero, "al persistir el comportamiento autoritario y despreciativo de él hacia ella y su hija", la mujer llamó a la Guardia Civil y los agentes se personaron en la casa, requiriéndole para que la abandonara y así lo hizo.
Sin embargo, "pasados unos minutos se dio la vuelta y volvió a la vivienda". Una hora después, su pareja, que desconocía que el acusado seguía en libertad, regresó a su casa con su hija en brazos creyendo que él no estaba. En ese momento, el acusado, "persona corpulenta y de gran envergadura, que no aceptaba la decisión de la mujer de poner fin a la convivencia, la atacó por sorpresa, no pudiendo esta hacer nada para evitar el ataque, ni para zafarse de su agresor".
Hechos comprobados
"La golpeó de forma brutal, reiterada y violenta, con el fin de aumentar su dolor les dio puñetazos y patadas por la cabeza, cara y cuerpo". En el caso de la mujer, le dio varias puñaladas con un arma cortante, provocando la rotura del tejido pulmonar y el consecuente fallecimiento. La muerte de la bebé se produjo por asfixia por estrangulación y posteriormente también le clavó el arma blanca.
Aunque la magistrada explica que no hubo prueba directa, sí se entendió por unanimidad que los hechos están comprobados por una serie de indicios: los agentes le sacaron de la vivienda, volvió porque así lo pudieron ver las vecinas y que, aunque el acusado afirma que pasó la noche en la calle, el nivel de batería y la temperatura de este no son compatibles con las condiciones del exterior. Además, se encontraron restos de ADN de él en las víctimas.