
Hoy es el Día de San Valentín y toca analizar el efecto de la crisis económica en las parejas. En el caso de la vivienda, según ha informado este periódico, nos encontramos en un momento de mucha incertidumbre respecto a la dirección en la que terminará este fenómeno que solo augura mayores subidas de los precios, tanto en el alquiler, como en la compra de una casa. Como respuesta a este oscuro escenario, surgen "alternativas" como la llamada 'Inflationship' (anglicismo, que en su traducción es la combinación de 'inflación' y 'relación'), que consiste en que dos personas permanecen juntas no tanto por el amor, sino para hacer frente a gastos varios, como el del alquiler.
Y es que la subida de los precios afecta a todo y a todos. Para desgracia de muchas personas, también llega a las relaciones amorosas. Así lo afirma una encuesta realizada por el consultor financiero LendingTree.
El consultor evidenció, en una encuesta realizada a 1.578 consumidores de 18 a 76 años de edad, en Estados Unidos, que aquellas personas que suelen salir a citas amorosas lo están dejando de hacer debido a la inflación y a la subida de precios. Exactamente, hay un 20% menos de citas por la subida de precios, mientras que un 14% está tratando de gastar menos en las mismas.
En el desglose del estudio, el 77% de las personas que se citan dicen que los encuentros podrían ser más fáciles si tuvieran más dinero. Esto es más común entre los hombres (83%), que entre las mujeres (73%). Independientemente, el 3% dice que igual iría a una cita incluso si no pudiera pagarla, y los hombres (36%) son más propensos a hacerlo que las mujeres (30%).
Los millennials y sus deudas por amor
En cuanto a las deudas, los millennials (22%) tienen más probabilidades de incurrir en deudas debido a sus hábitos de gasto en citas. Los Generación Z, en cambio, son los segundos con más probabilidades de asumir deudas relacionadas con las citas, con un 19%.
Tras los resultados, el jefe analista de crédito de LendingTree, Matt Schulz , señaló que "las citas siempre han sido costosas. Agregue una inflación desenfrenada a la mezcla y puede hacer que una situación ya desafiante sea aún más difícil. Sin embargo, con un presupuesto bien pensado y un poco un poco de creatividad y planificación, aún deberías poder divertirte mucho sin ahogarte en deudas".
¿Quién debe pagar la primera cita?
Independientemente de si están saliendo activamente, el 44% de los estadounidenses dice que, en una relación heterosexual, el hombre debería pagar por la primera cita, lo que la convierte en la respuesta más popular. Los mismos hombres encuestados, son más propensos a tener esta opinión que las mujeres. Más de la mitad (54%) de los hombres dicen que el chico debería pagar la primera cita, en comparación con el 36% de las mujeres.
El auge del 'infladating' o las citas 'low cost'
Con todos estos datos que evidencian la repercusión económica de la inflación en las parejas, surge el concepto 'infladating' o relaciones 'low cost'. El término procede del inglés 'dating with inflation in mind' (en su traducción, tener una cita teniendo en cuenta la inflación). Hablamos de una tendencia que han adquirido las personas románticas para considerar el gasto en relación al grado de idealización que se puede llegar a tener de la posible pareja. Sin embargo, el grueso de los que adquieren esta definición optan por salidas o citas románticas en las que se gaste menos dinero del habitual o, directamente, nada, independiente del "grado" amoroso.
"Hasta que los gastos nos separen"
La 'inflationship', por su parte, surge en respuesta a la alta inflación y al aumento de los costes de vida, que han hecho que mantener una relación romántica se vuelva financieramente complicado. En lugar de separarse, muchas parejas optan por vivir juntas no solo por amor, sino para compartir gastos y mejorar su situación económica. Otro estudio revela que casi el 30% de los encuestados vive con su pareja por "temor a no poder costear una vivienda por sí solos".
La crisis económica ha impactado especialmente a los jóvenes de las generaciones millennial y Z, quienes se enfrentan a una creciente dependencia de la ayuda financiera de sus familias y a la falta de preparación para el futuro. La presión financiera ha llevado a algunas parejas a acelerar su convivencia, un movimiento que puede generar tensiones y conflictos cotidianos. Esta realidad ha sido ejemplificada en Graziadaily por casos como el de Sasha y Charlie, quienes, tras mudarse juntos forzosamente por razones económicas, experimentaron un deterioro en su relación que culminó en una separación a pesar de haber estado juntos durante dos años.
Al mismo tiempo NYPOST, rescata la historia de Ben Keenan de personas que aplican esta nueva tendencia: "A estas alturas solo busco una relación para pagar el alquiler que pago por un piso de una habitación"
Sin embargo, no todas las experiencias de convivencia son negativas. Algunas, como las de Carly y Luke, que detalla Graziadaily, revelan que han logrado establecer una dinámica positiva al dividir gastos y tareas, lo que les ha permitido disfrutar de su relación y mantener viva la emoción del noviazgo.
A pesar de las dificultades que enfrentan muchas parejas al mudarse juntas por motivos económicos, expertos sugieren que la clave para una convivencia exitosa radica en una buena comunicación, actitudes similares hacia la vida y la flexibilidad para adaptarse a la nueva situación. En este contexto, la premura y la presión del coste de vida pueden transformar las relaciones de maneras inesperadas, a veces para bien y otras para mal.