
Las cortinas de ducha, como bien todos sabemos a nivel mundial, cumplen dos funciones básicas: la primera, de evitar que el agua se extienda por el aseo al usar la bañera o la ducha; y la decorativa, al ser uno de los complementos más vistosos y llamativos dentro de la estancia.
Existe una amplia variedad de modelos, desde de los más sencillos y tradicionales hasta los más modernos con llamativos estampados. Ahora bien, lo principal es la comodidad de deslizarla y correrla para poder quitar y poner la cortina para, más tarde, lavarla.
Tipos
Por lo general, hay diferentes tipos de cortinas de baño según su sujeción:
- Cortillas con anillas. Son el método estándar. Con ellas se fija la cortina a la barra por medio de anillas con un clic de apertura y cierre.
- Cortinas de anilla rápida. Se trata de un sistema por el que se introducen directamente las anillas en la barra y en la cortina, gracias a la flexibilidad de su material.
- Cortinas con trabillas. Tira de la cortina que sobresale y que queda en la parte superior para introducir la barra en su interior.
A tener en cuenta
La máxima desventaja que tienen las cortinas de baño es que, con el paso del tiempo, perderán su color característico y se acumularán bacterias, moho y suciedad. Todo ello nos obligará a lavarlas con frecuencia y es una tarea muy complicada para que salga bien, según varios expertos.
De ahí que, en los últimos meses, esté in crescendo una técnica de decoración que será tendencia en todos los baños tanto a corto como a largo plazo. Se trata de las mamparas de vidrio en la ducha, que terminan por ser más higiénicas, no tienes que cambiarlas con frecuencia y no se acumula nada de humedad.
A su vez, impedirá de manera total que se filtre el agua y tan solo vamos a tener que limpiar el vidrio. Por si fuera poco, hará que se gane espacio y, sobre todo, se modernice el cuarto.