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Mario Picazo explica por qué los aviones no vuelan en línea recta: "Estas rutas aéreas son un testimonio fascinante"

Un avión en pleno vuelo realiza una ruta aérea. / Foto: iStock

Muchos usuarios que hayan cogido un vuelo comercial recientemente para realizar un viaje con cualquier compañía aérea habrán podido observar una pantalla en la que se va mostrando un mapa con un pequeño avión, que se va moviendo según se realiza la ruta. Los más observadores, además, habrán podido comprobar que esta ruta siempre es curva, ya que los aviones nunca vuelan en línea recta desde su origen hasta su destino.

¿Por qué sucede esto? ¿No llegarían antes los aviones a su destino si trazaran la ruta en línea recta en lugar de hacerlo en una ruta completamente curva? La respuesta es no: "Los vuelos en avión no siguen una línea recta sino una trayectoria curva, y esta elección va más allá de cualquier cuestión técnica: es una adaptación a la curvatura del propio planeta", indica Mario Picazo en su cuenta oficial de X (antes Twitter).

Los aviones se adaptan a la esfericidad de la Tierra

"En geometría, aprendemos que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta, pero este principio sólo se aplica a superficies planas, como una hoja de papel. Al considerar la forma esférica de la Tierra, la distancia más corta entre dos puntos se convierte en una curva conocida como geodésica", indica en su post el experto.

Además, esta teoría se explica mediante la conocida geometría de Riemann: "Los planificadores de vuelos utilizan este enfoque para trazar las rutas más cortas y ahorrar tiempo y combustible. Estos caminos geodésicos representan las rutas más eficientes en una esfera", añade.

"Estas rutas aéreas son un testimonio fascinante de la curvatura de la Tierra"

"En lugar de volar en línea recta como aparece en un mapa plano, los aviones siguen una trayectoria curva que es, en la realidad tridimensional, el camino más corto", por lo que "estas rutas aéreas son un testimonio fascinante de la curvatura de la Tierra", matiza.

"Cada vuelo sigue un rumbo que puede parecer contradictorio, pero que en realidad representa la distancia más corta y el menor esfuerzo en nuestro planeta esférico", finaliza en su explicación, poniendo como ejemplo una imagen en la que se ve una ruta en línea recta de un avión entre Moscú y nueva York, que sumaría 8.910 km. En cambio, esa misma ruta en curva, disminuiría el recorrido a los 7.500 km.

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