
La lavanda, como bien todos sabemos, es una de las plantas más conocidas y usadas desde la antigüedad hasta nuestros días. Y es que no solo embellece los jardines con sus extraordinarias flores moradas, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para la salud y el bienestar.
Propiedades
Entre ellos, cabe destacar los siguientes:
- Es antiespasmódica y ligeramente analgésica y antineurálgica. Reduce y alivia los dolores de cabeza, musculares, artríticos y muchos otros achaques que cursan con dolor.
- Es antiinflamatoria, antiséptica y moderadamente diurética. Se emplea en casos de inflamación o infecciones de las vías urinarias para estimular la orina.
- Es cicatrizante. Tiene la capacidad de destruir microorganismos e inhibir su reproducción, ayudando a cicatrizar mejor.
- Es sedante. Provoca un efecto calmante reduciendo la tensión nerviosa, el insomnio, las palpitaciones y estados de ansiedad.
- Es digestiva, aperitiva y carminativa. Tiene propiedades coleréticas, estimula la producción de la bilis por el hígado y colagogas por facilitar la expulsión de bilis de la vesícula biliar, por lo que resulta ideal en digestiones pesadas por la falta de secreciones.
En profundidad
Ante este panorama, conviene señalar que cultivar lavanda en el hogar no solo permite disfrutar de su delicado perfume y atractivo estético, sino que también proporciona un acceso constante -lo cual es bastante relevante- a sus propiedades curativas.
Ya sea en forma de aceite esencial para masajes relajantes, infusiones para aliviar dolores de cabeza o irritaciones cutáneas o como ingrediente en productos cosméticos para el cuidado de la piel y el cabello. Todo ello la convierte en una elección popular entre aquellos que buscan su bienestar de manera natural y efectiva.
Cómo plantar lavanda
El procedimiento de plantar lavanda es muy sencillo. Tan solo debes seguir estos pasos:
- Logra una planta de lavanda en buen estado y una maceta.
- Prepara el sustrato. Para ello, ten en cuenta que la lavanda no es excesivamente exigente en lo que a nutrientes del suelo se refiere.
- La noche anterior a la siembra de las semillas, riega el sustrato para humedecerlo.
- Siembra las semillas de lavanda por la mañana.
- Conserva el recipiente en alguna ubicación cálida, con una temperatura estable de 20ºC y riégala con cabeza.
- Cuando las semillas germinen, traslada el recipiente a un lugar donde reciban luz solar directa.