
Bélgica se ha convertido en el primer país del mundo en implementar una ley que otorga derechos laborales a los trabajadores sexuales. Un paso que ha sido ampliamente debatido tanto por defensores como por detractores. A partir de ahora, este tipo de empleados, asalariados y/o autónomos, podrán contar con contratos de trabajo oficiales, acceso a seguro médico, pensiones, y permisos por maternidad y enfermedad.
Sophie, una trabajadora sexual residente en Bélgica que habló con la BBC, expresó su optimismo sobre la nueva ley: "Es una oportunidad para que existamos como personas". Esta declaración refleja la esperanza de muchos en la comunidad de trabajadores sexuales, quienes han sido históricamente marginados y estigmatizados, y ahora ven una posibilidad de ser tratados con dignidad y respeto
En este contexto, la nueva ley representa un cambio significativo en la percepción de la prostitución, que a menudo ha sido vista solo a través de una lente de criminalización. Sin embargo, según detalla la publicación de la BBC, la legislación no ha estado exenta de críticas. La Unión Internacional de Trabajadores del Sexo estima que hay aproximadamente 52 millones de profesionales del sexo en todo el mundo, y muchos temen que esta nueva regulación no aborde adecuadamente las preocupaciones sobre la trata de personas y la explotación. Julia Crumière, voluntaria de la ONG Isala, argumenta al medio que la ley "normaliza una profesión que siempre es violenta en su esencia", lo que plantea dudas sobre su efectividad para proteger a las trabajadoras más vulnerables.
La despenalización de la prostitución en Bélgica tuvo lugar en 2022, convirtiéndose en el segundo país en hacerlo después de Nueva Zelanda. Sin embargo, antes de esta nueva ley, las trabajadoras sexuales operaban en un limbo legal que les impedía acceder a derechos básicos. Aunque existían regulaciones sobre la prostitución en otros países europeos como Países Bajos y Alemania, Bélgica se posiciona ahora como el país más garantista del mundo en términos de derechos laborales para este colectivo.
La ley también introduce un nuevo estatuto para los proxenetas, permitiendo la regulación de ciertas formas de proxenetismo. Bajo esta nueva normativa, se establecerán requisitos estrictos para aquellos que contraten trabajadoras sexuales, incluyendo la verificación de antecedentes penales y condiciones de higiene en los locales. Esta regulación busca crear un entorno más seguro para las trabajadoras y garantizar sus derechos.
A medida que Bélgica se convierte en un referente en la regulación de la prostitución, el debate continúa sobre si esta legislación realmente beneficiará a las trabajadoras sexuales o si, por el contrario, podría convertirse en una herramienta para la explotación.
Datos de prostitución en España
Un total de 114.576 mujeres en España están en situación de prostitución y 92.496 podrían estar en riesgo de trata, según señaló en septiembre la ministra de Igualdad, Ana Redondo.
Según expuso Redondo, los datos se desprenden de un primer avance de un macroestudio sobre trata y explotación sexual en España. En este sentido, añadió que se han analizado 645.000 anuncios de prostitución o citas.
Asimismo, recalcó que hay más de 114.500 mujeres que se encuentran en situación de prostitución y que esta cifra supone un 0,56% del número total de mujeres mayores de edad en España.
Respecto a las más de 92.000 que podrían estar en riesgo de trata, la ministra apuntó que en el estudio se evaluó algunos elementos utilizados como la novedad, la disponibilidad, el rasgo de personalidad, las fotos que se incorporan a los anuncios o los servicios que se prestan y que se publicitan. En este sentido, ha agregado que 9.000 estarían en riesgo alto de ser tratadas con fines de explotación sexual porque en estos casos se evalúan dos, tres o más criterios que coinciden.
Por edades, el estudio refleja que el 28% de las mujeres que están en situación de prostitución tienen entre 18 y 24 años; de 25 a 36 años el 32%; de 37 a 45 años el 7% y de 46 a 55 años un 1,6%. Además, el estudio señala que en el 31% de los anuncios no se refleja la edad.
En cuanto a la procedencia, el 51% son latinas, el 16% europeas y del 29% no se tienen datos fiables. Si se tiene en cuenta la nacionalidad, Colombia está a la cabeza con el 28%; seguido de España con un 13% o Brasil y Venezuela con un 5%.
Este avance del estudio también señala las comunidades autónomas con la mayor tasa de mujeres en situación de prostitución por cada 10.000 mujeres mayores de edad. Baleares es la comunidad a la cabeza con 121 mujeres por cada 10.000; le sigue Cataluña con 103, Valencia con 73 y Cantabria también con 73. La media en España es de 56 mujeres en situación de prostitución por cada 10.000 mujeres mayores de edad.
En números absolutos Cataluña, con 34.759 mujeres, encabeza las comunidades con mayor número de mujeres en situación de prostitución, seguida de Madrid con 20.549, Valencia con 16.314 y Andalucía con 9.026 mujeres.
¿Es legal la prostitución en España?
La prostitución en España, según recoge EuropaPress, se encuentra en una situación de 'alegalidad': no es legal ni ilegal y su ejercicio libre --es decir, cuando una persona decide ejercerlo y quedarse con el beneficio-- no está penado en todo el territorio español.
Sí está sancionado su consumo cuando éste se solicite y disfrute "en zonas de tránsito público, cerca de lugares destinados a su uso por menores (colegios, parques...) o en zonas que pueda generar un riesgo para la seguridad vial", según la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que establece para esta falta grave multas de entre 601 y 30.000 euros.
Pese a que ejercer la prostitución libremente no está penado, los municipios tienen la capacidad de regularla en las calles a través de sus ordenanzas cívicas. Así, por ejemplo, Barcelona prohibió en 2012 la prostitución callejera con multas de hasta 3.000 euros para los clientes y de hasta 750 para las meretrices.
La prostitución libre no está recogida en el Código Penal, pero éste sí que establece con claridad los delitos de prostitución de menores, la prostitución forzada o coaccionada en mayores de edad y el hecho de lucrarse de que otra persona ejerza la prostitución, aunque lo haga voluntariamente, si hay explotación.
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