
Un pescador noruego de 22 años acaba de vivir una experiencia insólita cuando las redes de pesca de su barco se enredaron con la hélice del submarino estadounidense de propulsión nuclear USS Virginia. El incidente tuvo lugar en el fiordo de Malange, donde Harald Engen realizaba la entrega de su captura de flétan, similar al lenguado. Sin embargo, su jornada se tornó caótica cuando se percató que la hélice de un submarino había enredado sus redes de pesca, arrastrando su embarcación aproximadamente a dos millas náuticas mar adentro.
El USS Virginia, que se encontraba saliendo del puerto de Tromsø en ese momento, estaba siendo escoltado por la Guardia Costera noruega. Esta última informó que se vio obligada a intervenir para cortar las redes y liberar la embarcación de Engen del submarino, un procedimiento inusual en las aguas noruegas, acostumbradas a enfrentar la navegación comercial habitualmente.
Indemnización por daños
"Sé que otros barcos pueden pasar sobre redes de pesca, pero nadie esperaba que se tratara de un submarino", comentó Engen en entrevista con el Barents Observer, quien, aunque no se mostró enojado por la situación, decidió contactar a la Guardia Costera para solicitar una indemnización por el equipo dañado. "La red está en el fondo del mar y probablemente nunca la volvamos a encontrar", lamentó.
En este contexto, el teniente Pierson Hawkins, portavoz de la Sexta Flota de la Armada de EEUU, confirmó el incidente a Business Insider, sin embargo, se negó a revelar la identidad del submarino involucrado. Según Hawkins, no hubo heridos durante el episodio y se está llevando a cabo una investigación formal. Cuando se le preguntó sobre la compensación, explicó que la Marina de Estados Unidos cuenta con un "proceso estándar para cubrir los daños a la propiedad civil en caso de haber existido responsabilidad" por su parte.
Si bien aún no se han esclarecido los motivos específicos de la presencia del USS Virginia en la zona, los medios noruegos señalan que podría estar relacionado con la vigilancia sobre la actividad naval rusa, dado el contexto geopolítico inminente en la región. "Estados Unidos es una nación del Ártico con importantes intereses de seguridad en la región", apuntó Hawkins, destacando el valor del apoyo noruego en las operaciones de disuasión y defensa.
Según han repordado medios internacionales, las tensiones en el norte de Europa han aumentado en los últimos meses, intensificándose los despliegues navales estadounidenses en esta zona ártica. En junio, el USS Tennessee y el USS Normandy fueron enviados al Mar de Noruega en respuesta a las crecientes actividades rusas.
Además, se anunciaron ejercicios navales conjuntos con la flotilla del portaaviones Harry S. Truman, confirmando la estrecha cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y Noruega.
Así es Svalbard, donde Rusia aparca su poderosa flota nuclear
En Svalbard existe un peligro real de encontrarse con osos polares, advierte el sitio web oficial del destino turístico del Ártico. Pero es más que un simple lugar que nos proyecta una imagen polar inhóspita. Detrás de esta pequeña zona noruega existe un interés geopolítico de Rusia, China y de la propia OTAN. Hace poco estuvo en venta y el gigante asiático quería comprarlo, pero todo se ha detenido por temor de occidente.
El Gobierno noruego ha bloqueado un plan para vender el último trozo de tierra de propiedad privada en el archipiélago ártico de Svalbard, las tierras de Sore Fagerfjor, para evitar su adquisición por parte de China. Hablamos de un tesoro escondido del Ártico donde pesca Rusia y donde el gigante asiático tiene puesta la mira.