
El que fuera presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, que mantiene un discreto segundo plano en el escenario político como embajador de España ante la OCDE en París, se ha pronunciado sobre la situación del que fuera su gran rival por controlar el PSPV, el partido socialista en la Comunidad Valenciana, durante una parte de su mandato, el exministro José Luis Ábalos.
"No sé en términos jurídicos su situación, pero en términos políticos desde luego a mí me ha decepcionado sinceramente", ha explicado Ximo Puig ante las preguntas de los medios, según recoge Europa Press. El expresidente de la Generalitat Valenciana se encontraba este viernes en Valencia para participar en la presentación del libro 'Por una nueva conciencia social" del exsecretario general de UGT Cándido Méndez.
El expresidente de la Generalitat Ximo Puig ha defendido que el PSOE actuó "desde el primer momento" apartando del partido al exministro de Transportes José Luis Ábalos a raíz del llamado caso Koldo, porque había una "responsabilidad política evidente", "más allá de que hubiera un encausamiento de carácter judicial".
Puig ha señalado que ha tenido una relación de "muchos años" con el ahora diputado del Grupo Mixto pero "no recientemente". El que fuera líder socialista valenciano defendió la actuación del PSOE. "El partido actuó en consecuencia, aunque siempre tiene derivadas negativas, y ahora, en otros ámbitos, también se debería hacer lo mismo", ha dicho, para referirse a "la situación de la presidenta de la Comunidad de Madrid", Isabel Díaz Ayuso, que "por ejemplo, es una situación en la que se debería dar una gran explicación".
No obstante, ha agregado que "esto no tiene que ser una guerra de unos contra otros, sino que tiene que ser simplemente afianzar valores democráticos". "No puede ser que se usen los casos de corrupción como un enfrentamiento entre unos y otros. Tiene que ser una sociedad madura que da respuesta", ha remarcado.
Viejos conocidos
Puig y Ábalos se conocen mucho antes de que ambos llegasen al Palau de la Generalitat y al Consejo de Ministros, por la larga carrera de ambos en el PSPV. El primero, que previamente fue alcalde socialista de Morella, ocupó durante años el cargo de secretario general. El segundo ejerció durante décadas una importante influencia como uno de los principales pesos pesados en el aparato del partido en la provincia de Valencia y también optó previamente a dirigir el partido en la comunidad, pero en su lugar fue elegido Joan Ignasi Pla, uno de los antecesores de Puig.
Eso antes de que Ábalos diese el salto a la política nacional con el resurgir de Pedro Sánchez tras haber sido apartado por los barones autonómicos, entre ellos el propio Puig. Ya en Ferraz y en el Ministerio de Fomento, el pulso entre ambos por el control de las filas socialistas en la región se hizo evidente, hasta la ruptura del que había sido mano derecha de Sánchez con el presidente de Gobierno.
Condena a un 'molt honorable'
Puig también ha manifestado que se debe respetar la condena al también expresidente y exministro 'popular' Eduardo Zaplana y que, además, la decisión judicial "tiene que tener unas consecuencias políticas". "Pero yo creo que no soy quien las tiene que decir", ha agregado.
Ximo Puig considera que "la Justicia ha corroborado lo que, desgraciadamente, durante mucho tiempo, periodistas y políticos denunciamos". Ha defendido que "las instituciones están por encima de las personas siempre" y ha explicado que para él "es triste que un presidente de la Generalitat sea condenado porque eso, al final, forma parte de lo que es un acervo colectivo institucional".
"Creo que más importante que mi opinión es la opinión del presidente actual", ha añadido, en alusión al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Sobre si vuelve a perjudicarse la imagen de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig ha indicado que la "hipoteca reputacional" ya se levantó "durante estos últimos ocho años". Así, ha destacado "el estudio de la Unión Europea en el que la Comunitat Valenciana pasó en el año 2015 de estar en las CCAA con menor calidad democrática" a situarse el año pasado "muy por encima de la media española". Para Puig, "es el camino que hay que preservar y hay que avanzar en mejora de la calidad democrática, en mejora de la transparencia; en definitiva, en lo que es una sociedad democrática madura".